Los vestidos largos, que antes solo se lucían de noche, ahora representan las piezas estrella de muchos modelitos del día a día.
Además de ser la prenda más glamurosa para causar furor en eventos nocturnos, protagonizan looks casuales e informales, pensados para todo tipo de cuerpos, estilos y actividades cotidianas.
De día
Una de las apuestas más comunes son los diseños básicos. Simples pero efectivos, lisos y planos, con poca o ninguna combinación de colores y sin adornos. Recuerda que menos es más, y que lo sencillo no tiene por qué ser sinónimo de aburrido. Al contrario, es la mejor oportunidad para lucir tus mejores zapatos y accesorios. ¡A por ese look bohemio!
Otra opción es el mítico marinero, que nunca pasa de moda y es muy combinable. Jugando con el azul, negro, rojo y blanco como colores clave, presenta la ocasión ideal para complementar con joyas, bisutería y cinturones en tonos dorados. Es un look veraniego y muy femenino, y además, ¡resalta el moreno! ¿Qué más podemos pedir?
Cada vez se confeccionan más vestidos con telas atrevidas y excéntricas. Desde tejidos transparentes hasta combinaciones entre encaje y terciopelo; la oferta es amplia y muy original. Especialmente en el último año, este tipo de prendas, que son de las más buscadas, arrasan las calles. Apto para las que busquen un toque retro y alternativo.
De noche
Debido al buen tiempo, el verano es una de las épocas más demandadas para la celebración de eventos y bodas, para los que generalmente se requiere vestir de etiqueta. Son estas las oportunidades que tenemos de ponernos elegantes y lucir nuestras mejores galas.
En cuanto a diseños y estilos, el abanico de apuestas ofrece de todo. Telas fruncidas, encaje, transparencias y descubiertos sutiles. Cobran mucho protagonismo los vestidos de telas brillantes, como la seda y el raso, que resaltan el tono de la piel y aportan un look más sofisticado y llamativo. Uno de los modelos favoritos son de diseño sencillo, pero con detalles clave como espaldas al aire o cortes en la pierna, femeninos y muy sexys.
En cuanto a apuestas de color, funcionan de maravilla tonos fuertes y llamativos, como pueden ser el verde esmeralda, azul eléctrico, rojo, amarillo y naranja. Son colores vivos que nos alegran la cara, potencian el moreno de la piel y son fácilmente combinables con accesorios plateados y/o dorados.
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