Las uñas son el espejo de las manos, y el estado en el que se encuentran delata nuestro estilo de vida y hábitos de cuidado diario. La falta de hidratación o una mala alimentación pueden debilitarlas, incluso a unas uñas fuertes, y provocar que se rompan. Por eso, es importante cuidarlas a diario. Permanece atento, porque mediante unos pequeños gestos, puedes devolverles su mejor aspecto y conseguir unas uñas fuertes y sanas.
La principal causa por la que las uñas se debilitan es la alimentación. Cuando nos falta algún nutriente, la queratina que forma las uñas y el pelo pierde fuerza y calidad. Para que esto no ocurra, necesitamos consumir alimentos ricos en hierro y vitamina C, como fruta, verduras, carnes rojas…
Los productos de limpieza también son un enemigo de la hidratación: resecan mucho las uñas, dejándolas de un color blanquecino y las vuelve más propensas a deshojarse y romperse. Para evitarlo, protege tus manos utilizando guantes para limpiar, sobre todo cuando vas a utilizar productos agresivos como la lejía. Además, cuando hayas terminado, aplica una crema hidratante reparadora.
Los esmaltes de uñas y los disolventes que se usan para quitarlos están llenos de productos químicos y su uso excesivo también afecta a las uñas. Procura utilizar siempre una capa base que proteja la uña del esmalte de color. De vez en cuando, también es bueno darles un respiro y no pintarlas durante un par de semanas, para que se recuperen y cojan fuerza.
Cuidados en casa
Hay tratamientos para hidratar las uñas en profundidad y repararlas, y lo mejor: ¡los puedes hacer desde casa!
Hidrata las uñas resecas
- Echa una taza de aceite de oliva en un bol. Sumerge las uñas durante quince minutos y masajea el aceite sobre ellas. Así hidratarás también las cutículas. Haciendo este tratamiento dos o tres veces por semana notarás cómo tus uñas están cada vez más hidratadas y no se rompen tan fácilmente.
Devuelve el color a las uñas desteñidas
- Si has abusado del esmalte, es posible que el color se haya desteñido y tus uñas ahora estén amarillentas. Para solucionarlo, exprime el zumo de un limón y añade un vaso de agua templada.
- Pon tus dedos a remojo durante cinco minutos. Después, utiliza los restos del limón que has exprimido antes para frotarlo por las uñas, como si las estuvieras puliendo. El limón ayuda a disolver los restos de esmalte adheridos y les devuelve su color natural.
¿Conocéis más trucos para lucir unas uñas fuertes e hidratadas?