Seguro que muchos estáis aprovechando el buen tiempo para hacer deporte y poneros en forma. Al comenzar a entrenar, algunas personas se fatigan y se cansan rápidamente, llegando a veces a abandonar la actividad física al poco tiempo de empezarla. La alimentación es fundamental, y hay ciertos platos que nos ayudan a rendir mejor, mantener nuestro nivel y no agotarnos.
Comienza por mantener el mismo horario para comer todos los días. Además, lo ideal es realizar cinco comidas entre las cuales se distribuyan de manera adecuada todos los nutrientes que necesitamos. Así, nuestro cuerpo no tendrá subidas y bajadas drásticas de energía, sino que la mantendrá en el mismo nivel, haciendo que aguantemos mejor en los momentos que necesitemos hacer un mayor esfuerzo.
Además de hacer nuestras comidas diarias, es aconsejable comer antes de hacer ejercicio, para que el cuerpo tengas las pilas cargadas al máximo. Aproximadamente una hora antes del ejercicio, puedes comer una pieza de fruta y un yogur, un filete de pechuga de pollo y un plátano o atún. Estos alimentos son limpios y bajos en calorías, y proporcionan combustible para que partamos de una buena base a la hora de empezar a sudar.
Los hidratos de carbono se perciben como algo malo cuando uno está intentando perder peso o ponerse en forma. Sin embargo, son un componente esencial para poder mantener el cuerpo en funcionamiento a diario. Es necesario distinguir entre los hidratos de carbono simples y los complejos: los simples son los que el cuerpo absorbe con rapidez y proporcionan energía rápida, mientras que los complejos proporcionan energía de forma más gradual.
Los dulces que contienen azúcares refinados como pasteles, bollería o galletas son carbohidratos simples que aportan muy poco valor nutricional y muchas calorías. Los cereales, la pasta, las legumbres o las verduras aportan hidratos de carbono complejos, que nuestro cuerpo necesita.
Consumirlos todos los días consigue que nuestros niveles de energía estén siempre altos. Así, nos sentiremos preparados para hacer ejercicio en cualquier momento.
Después de entrenar, los músculos están desgastados. Debemos repararlos para que al día siguiente podamos seguir entrenando, y no suframos las terribles agujetas. La necesidad de proteína es menor que la de carbohidratos, pero también es imprescindible. Los lácteos, el pescado, los huevos, los frutos secos o las carnes blancas contienen proteína y ayudan a reponer fuerzas después de hacer ejercicio.
Ya hemos hablado antes de la importancia de estar hidratado, y volvemos a insistir en ello. No vale sólo con beber agua durante el ejercicio cuando estamos perdiendo líquido. Es necesario que nuestro cuerpo esté siempre hidratado. Si comenzamos a hacer ejercicio con niveles bajos de hidratación, nuestro rendimiento se verá afectado.
Debemos evitar azúcares, comidas fritas y grasas. No aportan casi nutrientes y pueden agotarnos más rápido cuando hacemos ejercicio. Para el metabolismo se ponga en marcha, necesita algo que quemar, así que elige alimentos que pueden quemarse con facilidad.
En resumidas cuentas, come con cabeza, ¡pero come!
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