El frío, el olor a castañas asadas por la calle, las luces… Todo indica que la Navidad está muy cerca, y estas fechas tan señaladas son especialmente divertidas para los niños. ¡Es el momento de empezar a pensar en los juguetes! Pero a la hora de empezar la lista para los Reyes Magos, con la ilusión de la época, los niños pueden emocionarse demasiado y comenzar a añadir cosas sin pensar en todo lo que están pidiendo. Por eso, tenemos que aprender a pararles los pies y ayudarles a elegir lo que verdaderamente utilizarán.
Como padres, hay que saber poner un límite a los niños. Encontrar el punto intermedio entre lo que quieren y lo que es bueno para ellos.
Lo primero que podemos hacer es mirar los catálogos y anuncios juntos. Así, observaremos qué juguetes les interesan más y preguntarles por qué. De esta manera, les enseñaremos a argumentar sus peticiones. Así, veremos si de verdad lo quieren o si es un simple capricho. Podemos empezar a tomar nota de lo que parece que les gusta y coger ideas de ahí. Aunque queramos comprarles juguetes educativos y que sean beneficiosos para ellos, también debemos tener en cuenta sus gustos.
Por mucho que le guste un juguete, ten en cuenta la edad a la que se dirige. Aunque son recomendaciones, se ponen por un motivo. Si quiere algo pensado para niños más mayores, podemos buscar algo parecido pero que se adapte a su rango de edad.
Algo importante es comprar juguetes con los que nosotros también podamos participar. Los ratos de juego deben enfocarse como una actividad en grupo, que pueden hacer con sus padres, con sus amigos, con los primos… Incluso si tienen hermanos, es esencial que, de vez en cuando, nos sentemos a jugar junto a ellos y sus juguetes. Es un rato muy valioso que nos sirve para trabajar nuestra confianza con ellos. Además, verán que los juguetes no son solo cosas de niños, sino que los mayores también pueden pasar un rato divertido con ellos.
No saturar a los niños con juguetes
Por mucho que sea lo que más les gusta de la Navidad, es importante que no todos sus regalos sean juguetes. Habla con el resto de la familia, y trata de hacer regalos variados: libros, ropa, algo para compartir con sus padres o hermanos… Si un niño tiene demasiados juguetes, puede ser perjudicial, ya que no llega a valorar lo que tiene. Es mejor enseñarle a sacar el máximo partido a uno o dos.