A pesar de todos los avances tecnológicos en el terreno de los dispositivos móviles, las baterías todavía no duran lo que nos gustaría.
Aunque cada vez se están perfeccionando más para darles algunas horas extra de vida, todavía nos encontramos en apuros cuando pasamos el día fuera de casa y el porcentaje de carga empieza a bajar.
Muchas veces la batería se descarga porque tenemos activadas funciones que no necesitamos o estamos haciendo un mal uso de ellas. Te vamos a enseñar cómo optimizar al máximo la carga diaria de tu teléfono inteligente.
No siempre es posible, pero cuando lo sea, deja que el móvil se descargue por completo y se apague. Después, realiza una carga completa con el dispositivo apagado. Esta es la manera más ‘sana’ de cargar la batería. Respeta el ciclo de carga y deja que sea el teléfono quien pida ser cargado, y no nosotros quienes lo forcemos.
Algunas aplicaciones se quedan abiertas en segundo plano y mantienen el teléfono en funcionamiento incluso cuando no lo estás utilizando. A lo largo de día, cierra por completo las aplicaciones que no estés utilizando.
Cuando estás por la calle, el móvil está constantemente buscando una señal de wifi a la que conectarse. Esto consume mucha batería. La solución es sencilla: cuando estés fuera de casa, desactiva el wifi del teléfono. Actívalo solo cuando estés en una zona en la que sepas que vas a conectarte.
¿Es necesario tener el brillo al máximo a todas horas? Esto significa que la pantalla trabaja más y, por tanto, la batería se acaba antes. Ajusta siempre el brillo a la luz exterior: si es de día necesitarás subirlo. Pero, en cuanto la luz empieza a bajar o estás dentro de un edificio o habitación, seguramente puedas bajarlo casi al mínimo.
Cuando estás trabajando, en el gimnasio o durmiendo, no necesitas leer todos los mensaje o emails en el momento que llegan. Por eso, es bueno desactivar las notificaciones ‘push’. Nuestro móvil las sincroniza automáticamente y nos las muestra en cuando las recibe.
En el futuro, todos esos problemas podrían tener solución gracias a una tecnología que ya se está desarrollando y que convertiría nuestro cuerpo en una fuente de energía. Un equipo de investigadores surcoreanos ha creado un generador termoeléctrico que convierte el calor humano en energía. Es fino y flexible, así que se puede pegar a la piel sin problema.
Con esta tecnología se pretende poder cargar los dispositivos electrónicos como móviles y tablets sin necesidad de enchufarlos, utilizando sólo nuestro calor, con lo que se ahorra energía y el disgusto de no estar cerca de ninguna toma. ¿Resultará que somos los humanos la fuente de energía más poderosa?
Imágenes vía Martin Abegglen y Dave On Flickr.
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