Cada vez son más ciudades las que apuestan por el uso de la bicicleta pública como una de las medidas para mejorar el medioambiente. Si bien hay que decir, que primero han sido los usuarios, de forma individual, los que las han sacado a la calle, haciendo de este medio de transporte mucho más que una moda.
De entre todos los tipos que existen en el mercado, nos vamos a quedar con las que, a priori, parecen las hermanas pequeñas: las bicicletas plegables urbanas. Y es que, utilizarlas son todo ventajas.
Sí, aunque parezca imposible, son plegables. Son bicicletas que pueden, en mayor o menor medida, desmontarse para quedar reducida en tamaño. También, se pueden plegar por zonas sin que eso repercuta en su durabilidad. De hecho, cada vez es menos extraño que nos adelanten ciclistas montados en estas bicis mientras estamos parados en un atasco.
Y a pesar de que parezca una moda del momento, hay marcas que las llevan fabricando los últimos cuarenta años. Eso sí, los materiales y la tecnología han avanzado mucho, en especial en la última década, haciéndolas mucho más fiables y ligeras.
Por lo demás, son exactamente iguales a las de siempre. Disponen de un sistema de cambios con coronas y piñones que permiten adaptar el esfuerzo al desnivel de la calzada, pero la tija del sillín y del manillar son más altos para que la postura sea igual de confortable. Y como las otras bicicletas, los accesorios de carga para pedalear por ciudad están perfectamente diseñados para llevar cualquier bulto que necesitemos.
Hay más. ¿Cuántas veces nos quejamos de lo pequeño que es nuestro piso como excusa para no tener bicicleta? ¿O incluso, que por no tener ascensor tampoco tengamos una? Con una plegable se gana de todas las formas posibles. Ocupan poco espacio y son muy fáciles de transportar cuando no vamos montados en ellas.
Otro de los pretextos para no utilizar la bicicleta a diario suele ser la distancia al trabajo, que nos obliga a optar por otros transportes. Pues se acabó. Las bicis plegables se pueden combinar a la perfección con otros medios de transporte, como el tren o el autobús. Tanto es así, que incluso llegaríamos antes al trabajo al ahorrarnos mucho tiempo en los traslados andando. Una plegable siempre irá donde vayamos.
Y, por último, es más fácil transportarlas al destino elegido de vacaciones. Además, nos ahorramos la preocupación de dejarlas aparcadas en la calle. Se pueden llevar a la oficina, entrar al cine, a un restaurante, etc.
Ahora solo falta tiempo para ir a elegir una. En ese caso, lo mejor es comparar y probar diferentes modelos para ver cuál se ajusta más a las necesidades, porque será nuestro medio de transporte principal por mucho tiempo.
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