Unta bien el cabrito con la manteca… hazlo con las manos, sin miedo a pringarte. Hacerlo con las manos será la mejor forma de extender la manteca, ya que se irá derritiendo ligeramente a medida que la extiendes con el propio calor de tus manos. Debes extender una buena capa por toda la superficie del cabrito, ya lo vayas a asar entero, o despiezado.
Sala el cabrito y colócalo sobre la fuente de asar con su parte exterior hacia abajo, es decir, tocando el fondo de la cazuela. Cualquier fuente de horno servirá… aunque lo ideal es que lo prepares en fuente de barro, ideal para asados largos. Coloca entre las piezas del cabrito las cabezas de ajo enteras, las ramas de tomillo, de romero, el laurel, el agua y el vino blanco.
Mete la fuente con el cabrito en el horno, previamente precalentado a 200°. Durante el asado, rocía constantemente la superficie del asado con el jugo de la carne… cada 20 minutos, aproximadamente, deberías hacerlo. El fondo de la fuente no debería secarse en ningún momento… de modo que, si es necesario, añade más agua.
Pasada una hora o una hora y cuarto, dale la vuelta al cabrito o los trozos de cabrito… de forma que quede su parte exterior hacia fuera. En total, el cabrito tendrá que permanecer en el horno unas dos horas o dos horas y media… dependiendo, eso sí, del tamaño de las piezas. Sea como sea, al final del asado, la temperatura del horno, debería ser ligeramente menor, unos 180°.
Cuando queden 30 minutos aproximadamente… pintar con la ayuda de una brocha de cocina la superficie del cabrito con vinagre. Añadir el resto del vinagre junto con un poco más de agua, a la salsa. Después de esta operación, no volver a rociar más el cabrito con la salsa… para que, de esta forma, el exterior quede crujiente y tostado.
Las patatas asadas, se pueden preparar en el horno, al mismo tiempo que se hace el cabrito. Para ello, pélalas y pártelas en trozos… como si fueras a hacer tortilla de patata, pero más gruesas. Ponlas en una fuente pequeña, con sal y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Si lo deseas, también puedes poner unas tiritas de pimiento rojo y pimiento verde entre las patatas.
Sirve tu cabrito asado recién hecho y bien caliente. Puedes presentar la fuente de barro en el centro de la mesa… tal y como hacen en los asadores típicos. El acompañamiento ideal de esta receta es una sencilla ensalada tradicional de lechuga y tomate, además de, por supuesto, las patatas asadas.
La cabeza de ajo no se sirve con el cabrito asado… pero, ¡ni se te ocurra desecharla!. La pulpa del ajo asado está deliciosa. Puedes sacar la pulpa de todos los dientes de ajo, aplastarla bien con un tenedor formando una pasta, y servirla de aperitivo junto con rebanadas de pan tostado. Su sabor, seguro que te sorprenderá.
Ni lo dudes. A la hora de preparar este delicioso cabrito asado, emplea las especias marca DIA. Tomillo y romero son las más indicadas para esta receta…. pero, puedes variarlas según tus gustos. Darán un toque aromático delicioso a tu plato.
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Esta Navidad seguiré esta receta de cabrito asado para sorprender a la familia.