Llega el mes de septiembre y, con él, la vuelta al cole.
Los niños han pasado mucho tiempo sin pisar las aulas, y muchas veces, les resulta complicado adaptarse de nuevo a su rutina. Pataletas, llantos, enfados, tristeza… son situaciones muy típicas que se dan en esta época del año, pero pueden hacerse mucho más llevaderas con un poco de psicología. ¿Quieres saber cómo?
Es importante que nuestros hijos vayan haciéndose a la idea de que pronto tendrán que empezar el colegio. Para ello tenemos que intentar que el proceso de cambio entre las vacaciones y su vida académica sea lo más suave y natural posible.
Por ejemplo, podéis dedicar los últimos días previos al inicio del curso a forrar los libros de texto o a elegir y personalizar el material escolar (cuadernos, bolígrafos, lápices…). Una vez comenzadas las clases, también es beneficioso seguir haciendo actividades propias del verano, como ir a la piscina, durante unos días. De este modo conseguiremos que la adaptación sea mucho menos traumática.
Son las dos palabras clave que deben tener presentes los padres durante estas fechas. Intenta no ceder a los posibles chantajes emocionales que puedan hacerte.
Ten en cuenta, siempre, que no es nada útil entrar en peleas o enfados, ya que esto solo conduce a fomentar que ellos le den todavía más importancia al asunto. Trata la vuelta al cole como algo natural e “inevitable”, mantén la serenidad y no les des motivos para creer que esto es un hecho excepcional.
Siempre hay que destacar el lado positivo de las cosas. Cuando hables con tu hijo acerca de la vuelta al cole, trata siempre de ahondar en los aspectos positivos que esto tiene para él.
Recuérdale que va a volver a encontrase con sus amigos después de mucho tiempo o que va a poder volver a jugar con su equipo de fútbol.Trata de que, en su cabeza, la idea de empezar las clases esté asociada con cosas que a él le gustan o le resultan divertidas.
Un punto muy positivo es poder elegir entre diferentes tipos de mochilas para estrenarlas cada nuevo curso.
Es fundamental que te pares a escuchar sus miedos e inquietudes. Muchas veces el comportamiento de los niños ante el regreso a las aulas es irracional o está ligado al mero hecho de querer seguir teniendo las 24 horas del día para ellos mismos.
Sin embargo, en otras ocasiones, puede que su rechazo se deba a motivos reales. ¿Tal vez hay compañeros que se burlan de él o le amenazan? Intenta descubrir, si las hay, las razones que le llevan a comportarse del modo en que lo hace y trata de buscar soluciones.
Estas son algunas directrices básicas que pueden ayudar a los más pequeños de la casa (y a ti) a que estas fechas sean un poco menos convulsas, pero seguro que tú tienes algún truco o haces algo especial para que todo este proceso sea mucho más llevadero. ¿Por qué no lo compartes con nosotros?
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