La lectura es una costumbre que hay que inculcar a los niños. Además de ayudar a desarrollar el cerebro, estimular la imaginación y mejorar vocabulario, la lectura es una forma estupenda de pasar el rato y escaparse a otro lugar. Y lo mejor para leer, es hacerlo en un lugar cómodo.
Cuando dicen que el orden físico es orden mental, ¡no mienten! Nuestro alrededor influye mucho en nuestra concentración y paz mental. Por eso, la decoración y la distribución de los muebles influye tanto en nuestro ánimo.
Para animar a tus hijos a coger un libro, ¿por qué no crear su propio rincón de lectura?
Escoge un rincón de la casa. Puedes crearlo tanto en su habitación como en el salón. La idea es que se convierta en un pequeño refugio, así que lo más importante es que sea un lugar cómodo y tranquilo. Si puede ser al lado de una ventana, mejor, ya que así durante el día entrará luz natural.
Una vez hayas seleccionado el lugar, es momento de amueblarlo. Empieza por una estantería para sus libros. No hace falta que sea muy grande, pero sí lo suficiente para que quepan sus libros y cuadernos. Y para personalizarla un poco más, ¡píntala de su color favorito!
Los libros ya tienen hogar. Ahora toca lo más importante: el asiento. Si tienes espacio suficiente, puedes colocar una butaca o pequeño sofá. Así, estará cómodo o cómoda y le apetecerá sentarse un rato a leer. También puedes poner un puf; a los niños les encantan y pueden moverse fácilmente de sitio si quieren usarlo también para, por ejemplo, ver la TV.
Completa su nuevo rincón con una buena lámpara. Las mejores son las de pie, con luz cálida y que de directamente a la butaca o asiento que elijas. Una buena iluminación es imprescindible para que no tenga que forzar la vista.
Enséñale a que le apetezca leer
Ahora que ya está listo el rincón de lectura, ¡es momento de animarle a utilizarlo! Comienza leyendo con él o ella, durante un ratito cada día. Así, adquirirá la costumbre. Pregúntale de vez en cuando qué tal va con su libro, si le está gustando, por qué… Es decir, incluye la lectura en la conversación diaria. No se trata de obligarle a leer, sino de mostrarle que es una actividad entretenida y divertida.
Como veis, es sencillo crear un espacio dedicado a la lectura. Ahora es momento de animarle a hacer uso de él, ¡para que descubra el poder y la magia de los libros!
Imagen vía Ikea.