Si bien durante el periodo invernal hay que protegerse de las bajas temperaturas que sensibilizan la piel, ahora que se disparan las temperaturas y aumenta la exposición solar, debemos prestar mayor atención al cuidado cutáneo para combatir la deshidratación.
Los cambios meteorológicos conllevan continuos cambios de temperatura que causan graves agresiones en nuestra piel.
Durante el verano, la piel se somete al calor seco, humedad y agua salada de la playa. También al cloro de la piscina, secado rápido e impacto del aire acondicionado. Todo esto se convierte en estrés epidérmico, que consecuentemente debilita la piel y fomenta la aparición de grasa y acné.
Indudablemente, la piel tiene memoria. Por ello, además de intentar evitar situaciones de extremo calor que puedan irritar la piel, es imprescindible establecer ciertos cuidados para mantenerla más hidratada, bonita y visiblemente más sana durante todo el año.
Compartimos contigo una serie de trucos prácticos para controlar los estragos del verano y lograr una piel radiante:
Hidratación interna y externa de la piel
Es importante tratar de consumir alrededor de 2,5 litros de agua a diario. Además, aplicar diariamente cremas o hidratantes o productos similares ayuda a que la capa cornea recupere su papel de barrera y proteja la salud y aspecto de la piel.
Limpieza y exfoliación
Recomendamos un uso frecuente de tónicos, limpiadores y exfoliantes que ayuden a eliminar la piel muerta y los excesos de grasa.
Este proceso debe repetirse a diario, por la noche y por la mañana, para alargar la duración del producto. Eso sí, es esencial optar por un producto adecuado para nuestro tipo de piel. Los exfoliantes se usarán solo un par de veces por semana. Pueden ser abrasivos y terminar irritando la piel.
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Protección solar
Imprescindible en épocas de alta exposición solar. La protección solar en zonas faciales siempre ha ser FPS 50 o mayor, debido a que es un área extremadamente sensible.
Asimismo, la radiación solar ultravioleta estimula la aparición de manchas y lesiones pigmentadas en la piel, que pueden ser muy difíciles de eliminar.
Además de estos cuidados, actividades cotidianas como ejercitar al menos 45 minutos al día y descansar entre 7 y 8 horas, contribuyen a una piel más sana y radiante.
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