Todos los años, al llegar octubre, ocurre lo mismo. Ya empieza a notarse mucho el fresco de las mañanas, pero por las tardes las temperaturas siguen siendo suaves. Estos cambios tan bruscos de temperatura hacen que nuestro cuerpo a veces no esté al máximo y terminemos pillando algún resfriado o virus.
Los niños son más propensos a sufrir estos resfriados de temporada, porque pasan el día corriendo por el patio de colegio y en aulas rodeados de otros niños.
Sabemos que protegerles del frío es difícil cuando están en el cole y no les vemos. Por eso, te contamos otras formas de protegerle y ayudar a cómo subir las defensas para que no caigan ante los virus.
Aunque, más tarde en el cole, terminen despreocupándose de si se ponen la chaqueta o no, sí podemos asegurarnos de que vayan bien abrigados de camino a clase, cuando el frío se nota más. Una camiseta de manga larga, una chaqueta de entretiempo y una bufanda ligera son una buena opción para la mañana. Así, cuando tengan calor, podrán quitarse a chaqueta pero la manga larga les protegerá, porque aunque las temperaturas sean más suaves al mediodía, ya no hace el calor que hacía en verano.
Para que las defensas estén a punto, lo más importante es la alimentación. En los meses más fríos, es imprescindible aumentar la ingesta de vitaminas. Con el desayuno, asegúrate de que tomen un gran vaso de zumo. Para comer, incluye siempre una ración de verduras con la carne o el pescado. Si a los niños les cuesta comerlas, puedes batirlas y servírselas en purés. También, apuesta por alimentos como las lentejas, el pescado fresco y las carnes rojas. Todos estos alimentos contienen grandes cantidades de vitaminas necesarias para que el sistema inmunológico se mantenga fuerte.
También es importante mantenerse siempre hidratado. La deshidratación hace que nos notemos más cansados, y las defensas se ponen en peligro. Acostumbra a tu hijo a beber agua varias veces al día, sin esperar a tener mucha sed. Mete en su mochila una botella de agua todos los días para animarle a beber más a menudo.
Los médicos afirman que buena parte de los contagios de resfriados vienen del contacto con objetos que tocan muchas personas: el transporte público, las puertas, los teléfonos… Los niños también están expuestos a este contagio, y por eso es tan importante enseñarles la importancia de lavarse las manos con frecuencia.
Cuéntales lo importante que es lavarse las manos con agua y jabón antes de cada comida. También, cuando llegan de la calle o han estado jugando fuera. Así, ayudarás a evitar que se contagien ellos, o puedan contagiar a otros niños.
Como ya sabes, los niños suelen imitar todo aquello que ven en casa, de modo que aplicar estos hábitos a vuestro día a día, hará más fácil la tarea de enseñárselos a ellos.
Imagen vía H&M.
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