Que los padres contribuyan o no en los deberes de sus hijos es un tema que siempre ha dado mucho que hablar. ¿Qué es mejor, sentarse con ellos o dejarlos a su aire? ¿Cómo podemos transmitirles nuestro apoyo?
La etapa académica muchas veces resulta estresante y agotadora, y el cansancio, los horarios y las rutinas ajetreadas, pueden convertirse en los peores enemigos de una tarde de deberes. Por tanto, habrá ocasiones en las que los niños necesiten un empujoncito extra. Sobre todo si están apuntados a actividades extraescolares, ya que contarán con menos tiempo de estudio.
Junto con el profesorado, los padres y tutores son el mayor apoyo escolar de todo estudiante. Así que recuerda estar ahí siempre que te necesiten.
Toma nota de estos seis prácticos consejos que te ayudarán a involucrarte, de la mejor manera posible, en la tarea escolar de tus hijos.
Ayuda a organizarles un horario semanal para que se acostumbren a una rutina fija.
Si desde pequeños les enseñas a cumplir con un horario establecido, según pase el tiempo, serán ellos mismos quienes comiencen a gestionar su tiempo. Se volverán más responsables y, además, disfrutarán más de lo que hagan en cada momento.
Para concentrarse, también es importante que tengan un lugar de estudio, un escritorio y el material necesario.
Recuerda separar el trabajo del placer. No construyas su espacio de estudio en un salón o sala de estar donde haya distracciones.
Mantén una buena relación con los profesores. No hablamos de “ser pelotas”, ni mucho menos, pero sí de tener suficiente trato como para poder preguntarles cualquier cosa.
Si te das a conocer y ven que te preocupas, ellos mismos prestarán mayor atención a tu hijo, y te mantendrán informado de todo. Además, casi siempre serán los primeros en notar cambios de comportamiento, progresos y bajones académicos, así que te conviene tenerlos de tu lado 😉
Guíales en la sintaxis de un enunciado, ayúdales a memorizar el vocabulario de inglés o dales alguna pista para resolver un problema de matemáticas, pero haz que se esfuercen. Dales apoyo, confianza y motivación.
Lo más importante es dejarles claro que les echarás un cable cuando lo necesiten… y nada más. Hacer sus deberes no es ayudarles.
Cuando estén haciendo la tarea, anímales a que hagan pausas de vez en cuando.
Una hora para merendar y varias paradas cortas, cada 40 o 50 minutos, para desconectar. Eso sí, mantén la tecnología fuera de su alcance. Si sacas la tele, las consolas, el móvil o el ordenador, ¡despídete!
Por último, hay que asegurarse de estar al tanto del nivel académico del niño. Esto revelará si se está esforzando lo suficiente o si pueda haber algo en lo que necesite refuerzo.
En este caso, la mejor opción es apuntarles a academias de apoyo escolar o recurrir a profesores particulares que les den ese empujón extra.
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