¿Quieres quitar un remache? No te preocupes, hoy te damos las claves de cómo quitar un remache con taladro y sin él. SI sigues nuestros consejos, parecerás todo un profesional. ¡Toma nota!
Los remaches son sistemas de fijación con una finalidad muy parecida a la de los tornillos, pues sirven para unir de forma permanente elementos de igual o diferente material. Sin embargo, aunque el objetivo es similar, físicamente son muy diferentes.
En líneas generales, el remache es un tubo cilíndrico con una cabeza al final del tubo que es más grande que el resto del remache. Con esta forma es más fácil de utilizar al unir materiales. Además, el diseño le permite sujetar de manera resistente y segura, las piezas que queremos unir que si lo hiciéramos solo con un tornillo.
Dependiendo su finalidad específica, nos encontramos varios tipos de remache. Aquí tienes los más populares:
El remache es una técnica de unión muy sólida y duradera. De hecho, si lo quieres quitar, lo mejor es que te ayudes de un taladro y lo hagas así:
El remache tiene dos lados, una parte es la cabeza del remache que en general es la que se deja a la vista y otra que es más desprolija, que es parte del vástago que queda como remanente de la presión que realizó.
Para poder sacar cómodamente los remaches los ubicamos con el lado de la cabeza hacia el frente, veremos que la mayoría cuenta con un agujero central.
Ahora ubicamos nuestra broca de metal sobre el agujero, hacemos un poco de presión y comenzamos a acelerar el talado. Veremos como la mecha corta la cabeza del remache muy fácilmente.
Ahora, verás que las piezas aún continúan fijas. Ahora coge un clavo y lo ubicamos en el centro del remache. Le das un pequeño golpe con el martillo y se terminará de quitar el remache.
Si tienes un remache de presión tendrás que hacer la perforación completa de los mismos porque estos quedan fuertemente agarrados. En cualquier caso, hay que elegir una broca de tamaño lo más igual posible a la del remache.
Si no tienes un taladro o no sabes bien utilizarlo, también podrás sacar el remache con alguna de estas opciones:
Corta el remache colocando un destornillador a un costado de la cabeza del remacho y luego golpearemos con el martillo hasta cortarla. Por último, empujamos el cuerpo del remache que quedo metido. En el hoyo y lo sacamos.
Otra forma de quitar el remache es empujando, aunque esto solo podremos hacerlo si las piezas que están unidas con los remaches son resistentes. Para ello, colocamos la punta del destornillador en el centro del remache y con el martillo golpearemos fuerte hasta hundir por completo el remache de esta forma lo sacaremos totalmente. ¡Ojo! esto servirá para remaches de aluminio los de acero no podremos sacarlos de esta forma.
Como te puedes figurar después de saber cómo quitar un remache, es que estamos ante una técnica de unión muy resistente. Pero exactamente, ¿cuánto aguanta un remache? Pues bien, esto va a depender del diámetro del mismo. Cuanto mayor sea éste, más resistente será la unión. Y ahora viene la siguiente pregunta, ¿ Cómo elegir el tamaño adecuado del remache? Como regla general, el diámetro del remache debe ser al menos tres veces mayor que el grosor de la hoja más espesa que se va a unir. Según el estándar militar, el diámetro de la cabeza de la sufridera de la conexión remachada debe ser 1,4 veces mayor que el diámetro de la culata.
Sin duda, la técnica del remachado tiene muchas ventajas. Las más importantes son:
Por tanto, podemos resumir que la finalidad del remachado en la acción de colocar remaches para unir dos o más superficies. Esta solidez viene, además de por la firmeza del remache, porque estos son un tipo de clavos que, cuando se les aplasta la cabeza, dan una mayor firmeza al empalme realizado con ellos.
La mejor forma de colocar los remaches es hacerlo de forma mecánica, utilizando máquinas especiales para este menester. Aunque también lo puedes hacerlo de forma manual perforando un hueco por el que debe entrar el remache, se aplasta la cabeza y después se corta el sobrante.
Como has visto, remachar implica tener unos conocimientos sólidos de cómo usar ciertas herramientas. Para las chapuzas caseras no hace falta tanto, pero sí al menos saber cómo usar un taladro. Si aún no lo tienes claro, te recomendamos que leas estos consejos.
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