Seguro que eres de las que te cuidas la cara utilizando todo tipo de cremas, tónicos, serums… Pero, ¿y el cuerpo? ¿Sabías que la piel corporal pierde elasticidad, suavidad e hidratación con el paso de los años? Para evitar los efectos de los años lo mejor es que añadas una crema reafirmante a tu rutina de belleza diaria.
Y te preguntarás, ¿para qué sirve? Te contamos los beneficios que tiene usar crema reafirmante.
Y ahora que ya te has convencido de lo importante que es este tipo de cremas para la salud de tu piel, tienes que elegir qué tipo de reafirmante quieres utilizar. Para ello, debes saber que hay cremas reafirmantes específicas para cada zona del cuerpo. Por tanto, en función del área que quieras tratar, será mejor que elijas una u otra, así como la manera de aplicarla.
Si lo que quieres reducir es la flacidez de la tripa, lo mejor es que la reafirmante sea en crema o bien en aceite, pues es un área que absorbe muy bien este tipo de texturas. Las reafirmantes más efectivas para el vientre son aquellas que contienen rosa de mosqueta o granada.
Para aplicarlo, realiza masajes circulares con la palma de la mano alrededor del ombligo, siguiendo el sentido de las agujas del reloj. Combina este movimiento con pequeños pellizcos con las yemas de los dedos por toda la zona. Estos toques activan la circulación de la sangre, favoreciendo la penetración de los activos, por lo que la eficacia del producto se verá aumentada.
Es una de las zonas del cuerpo donde cuesta más disimular la falta de firmeza de la piel. El paso del tiempo y la falta de ejercicio son los peores enemigos para los brazos. Pero puedes mitigarlo si aplicas la reafirmante especial de brazos.
Aplícala con un masaje ascendente que vaya del codo a la axila. Aún así, es imprescindible hacer algo de pesas y contracciones musculares todos los días.
La zona de las piernas es donde más se suele localizar más flacidez. Especialmente en la cara interna del muslo y las rodillas. Una buena crema reafirmante para piernas, un chorrito de agua fría en la ducha y una exfoliación semanal, pueden ayudarte a mejorar.
En cuanto a la aplicación, la forma correcta es un masaje ascendente que vaya desde la rodilla hasta la ingle. Y la zona interna la completarás con pellizqueos y palmoteos.
Pero, aunque una buena crema ayude, no hace milagros. Por eso hay que completar el cuidado con deporte. Prueba con los beneficios de hacer ejercicio en el agua y notarás la diferencia.
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