Lo que en un principio puede resultar un rasguño sin importancia puede convertirse en un serio problema de salud si no se cura de forma adecuada. De aquí radica la importancia de saber curar heridas infectadas. Hoy te damos las claves para hacerlo correctamente.
Cualquier farmacia o parafarmacia tiene una amplia variedad de productos que pueden ayudarte a curar una herida infectada. Pero existe otro tipo de recursos naturales igualmente efectivos y que merece la pena conocer. ¡Toma nota!
Para curar heridas infectadas, los medicamentos más usados son los antiinflamatorios, para reducir la posible hinchazón; los analgésicos, para aliviar el dolor. Si la infección venía causada por una bacteria, los médicos prescriben antibióticos, como la polimixina, Bacitrina, Neomicia. Aunque el más usado es el sulfatiazol, por su efecto cicatrizante.
Si la infección viene provocada por un virus, lo mejor es medicamentos antivirales. Y para que la herida cicatrice lo más rápido posible son los cicatrizantes.
Además de limpiar la piel, es importante ayudar a que ésta cicatrice. En este sentido, la miel puede ayudarnos mucho para curar una herida infectada. Y es que no podemos olvidar que la miel tiene propiedades antibacterianas y curativas si la aplicas directamente sobre la herida durante unos minutos. Después lo enjuagas, y listo.
Otra forma de ayudar a la piel a cicatrizar es aplicando sobre ella un poquito de vinagre blanco diluido en agua, porque el ácido acético que incluye destruye por completo las bacterias presentes en la herida.
El zumo de limón también te puede ayudar a cicatrizar una herida. Eso sí, escuece mucho al aplicarlo sobre la herida, por lo que la recomendación es diluirlo en agua primero.
En la primera etapa de infección notamos que la herida se muestra hinchada, roja, e incluso, hemos podido observar que la herida supura un líquido transparente que ayuda a limpiar la herida. A esta fase, que dura unos 3 días aproximadamente, le sigue la fase de recuperación, donde se produce el crecimiento y reconstrucción del tejido y que se extiende durante unas 3 semanas aproximadamente. Durante esta fase, los glóbulos rojos ayudan a crear el colágeno que será la base del nuevo tejido. La herida empieza a cubrirse por piel nueva, con textura granulada. A medida que la herida sana, los bordes tiran hacia dentro y la herida se hace más pequeña. Es posible que en este momento se sienta picor, pero es buena señal. Cuando la costra se cae, la herida muestra un aspecto rojizo, estirada y brillante, es la piel nueva que aún es fina. Poco a poco irá adquiriendo el grosor habitual.
Limón, aloe vera, vinagre…hemos visto que son muchos los remedios naturales que ayudan a curar una herida infectada….pero si tuviéramos que decantarnos por uno sin duda sería la miel. De hecho, sus propiedades sanadoras ya eran conocidas y valoradas en la antigüedad.
Y ahora que sabes cómo desinfectar una herida, puedes poner en práctica lo aprendido cuidando de los agujeros que se forman al poner un pendiente. Te recordamos algunos cuidados específicos para cuidar y limpiar los piercings.
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