¿Sufres con frecuencia dolor, hinchazón o molestias en el estómago? Incluso, ¿en ocasiones puedes a llegar a sentir náuseas y acidez? Si tu respuesta es sí a uno o varios de estos síntomas es posible que presentes un cuadro de dispepsia. Pero no te asustes, no es nada grave. Se trata de una simple indigestión. Dispepsia es el término médico con el cual se hace referencia a la sensación de dolor o molestia que se produce en la zona superior del abdomen.
Los síntomas de la dispepsia son fácilmente reconocibles:
El síntoma principal asociado a la dispepsia, o indigestión, es el malestar localizado en la zona superior del abdomen, especialmente durante y después de las comidas.
Quienes lo sufren, describen el dolor como un ardor o sensación de calor en la zona del abdomen, especialmente entre el ombligo y la parte inferior del esternón.
Otros, además de este malestar, también sufren distensión abdominal y náuseas, que en ocasiones pueden terminar en vómitos.
Causas de la dispepsia
Si padeces algunos de estos síntomas, lo más recomendable es que acudas a tu médico de cabecera y que tras la exploración correspondiente sea él quien haga un diagnóstico. Lo más probable que haga será explicarte que la dispepsia tiene su origen, la mayoría de las veces, en hacer comidas copiosas. ¿A quién no le ha dolido el estómago durante unos días después de un buen atracón?
Sin embargo, en otras ocasiones, las molestias pueden estar provocadas por algún medicamente que tenga como efecto secundario dañar la mucosa gástrica, como puede ser la aspirina o los antiinflamatorios.
El consumo de bebidas alcohólicas de manera excesiva, comer alimentos ricos en grasas o picantes en grandes cantidades; fumar o abusar de la cafeína también pueden tener como consecuencia un cuadro de dispepsia.
Y no hay que olvidar que los problemas psicológicos acarrean enfermedades gástricas. De hecho, no son pocos los casos de personas con un alto nivel de estrés y ansiedad sufren, además, alguna herida e incluso úlcera en el estómago.
Tratamiento de la dispepsia
Es importante saber el origen de la dispepsia, para que así el médico pueda prescribirte el tratamiento correcto.
Así, si tu indigestión está ocasionada por la ingesta de alimentos, lo mejor es que estés a dieta durante unos días. Come alimentos bajos en calorías y grasas y en pequeñas cantidades.
Si es por una bacteria, los antibióticas serán los que te ayuden a encontrarte mejor.
Y tampoco estará de más que tomas algún medicamento especialmente formulado para proteger el estómago.
Una vez recuperado, es importante que tomes en cuenta algunas consideraciones para así evitar volver a sufrir dolor de estómago. Para ello, tómate tu tiempo para comer. Mastica bien los alimentos y reposa, en la medida de lo posible, después de cada comida.
Además, ten en cuenta las causas que han podido acarrear la indigestión: evita las comidas pesadas y copiosas, modera el consumo de alcohol, así como el tabaco y la cafeína.
No obstante, en ocasiones, la dispepsia puede confundirse con los síntomas de alguna intolerancia alimentaria. ¿Quieres saber cómo detectarla? Toma nota de los siguientes consejos.