En lo que a decoración se refiere, hay muchos estilos y formas de dar personalidad y carácter al hogar: retro, vintage, shabby chic, industrial… Pero, si hay un estilo que se ha impuesto en la decoración de los hogares en los últimos meses, es el escandinavo. No sabemos si es por su diseño clásico, por su tendencia minimalista a la vez que acogedora, o si es por su impecable uso de colores. Pero esta decoración está en alza y os vamos a enseñar cómo incorporarla a vuestro hogar.
También conocido como nórdico, admite muchas variantes. Pero hay ciertas características generales que cumple siempre. Principalmente, se caracteriza por los espacios abiertos y los muebles sencillos. El objetivo es aprovechar todo el espacio, pero conservarlo amplio, aunque partamos de una casa pequeña. Por eso, se utilizan muebles básicos y sobrios, que no sobrecarguen.
El uso de la madera para los escandinavos es imprescindible. Este material aporta una calidez que contrarresta el clima frío de los países del norte. Se utiliza tanto en suelos, como en muebles y paredes. Es muy común ver habitaciones con paneles de madera en las paredes, generalmente pintados de blanco.
Y es que, esa es otra de las características que más nos llama a atención del estilo escandinavo: el uso del blanco. Con el objetivo de conseguir luminosidad y amplitud, los nórdicos emplean mucho este color, tanto en paredes como en muebles.
Pintados de blanco, los muebles parecen ocupar menos espacio, y ser más ligeros.
Los toques de color vienen de la mano de los textiles, por ejemplo, los cojines o las mantas. Estos detalles se utilizan para romper la monotonía del blanco. Además, se utilizan tonos alegres: naranja, amarillo, azul… También se emplea color en algunos accesorios, como lámparas, cuadros, o el menaje.
Los muebles escandinavos se caracterizan por tener un uso práctico. Por encima de la decoración, es importante que el mueble sea útil. La optimización del espacio se logra utilizando muebles con mucha capacidad de almacenamiento, como mesillas con armarios, o camas con cajones.
La naturaleza es un elemento esencial para completar un espacio de estilo escandinavo. Nada le va mejor al blanco que el color verde vivo de unas plantas. Si se tiene espacio, lo ideal es colocar un par de ellas grandes en el suelo junto al sofá o en la entrada de casa. Pero si no es el caso, siempre se puede optar por plantas pequeñas, que pueden colocarse encima de las mesas o las estanterías. Solo hay que asegurarse de que sean plantas de interior y tengan suficiente luz y agua.
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Muy buenos consejos.A mi me ha aportado mucho
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