Hablar de comida mexicana es pensar en tacos, enchiladas, papadzules pero sobre todo… en fajitas. Este delicioso plato consiste en carne de ternera asada a la parrilla cortada en tiras y servida sobre una tortilla de harina de maíz o harina de trigo. Sin olvidar nunca el toque de un buen sazonador. Además, la fajita suele ir acompañada de otros platos que ayudan a potenciar su sabor. Entre ellos destacan: la crema agria, el guacamole, el pico de gallo, que es una ensalada normalmente de tomate, la cebolla y chiles jalapeños, sin olvidar el queso y el tomate. Rico, ¿verdad?
¿Quieres saber algunas curiosidades sobre su origen? Te lo contamos.
Aunque la gastronomía mexicana es rica y variada, lo cierto es que las fajitas están consideradas como el plato estrella del país azteca. Sin embargo, su origen no está en México, sino en Texas, cuando en la década de los años treinta, los vaqueros mexicanos que trabajaban en este Estado recibían para comer, y como parte de su sueldo, las partes más duras y menos deseables de la vaca. Esto les obligaba a cocinar mucho esta carne para que fuera comestible.
Una vez cocinada, esa carne se metía dentro de las tortillas elaboradas con harina de trigo o de maíz junto a alguna salsa. Y en cuanto al nombre, éste se debe a que desde un principio, la carne que se utilizaba era de la parte de la falda o faja de la vaca.
¡Acababan de nacer las auténticas fajitas!
Su consumo se fue generalizando y popularizando entre los trabajadores, convirtiéndose décadas más tarde en uno de los platos insigna de la cocina Tex-Mex, que fusiona la cultura del sur de Texas y el norte de México. Por lo que, si nos ponemos puristas, las fajitas no son 100% mexicanas.
Como suele ocurrir, la receta de las fajitas ha ido variando con el paso del tiempo. Así, si en el origen se hacían con carne de vaca cortada en tiras y asada, actualmente también se pueden comer con pollo, cerdo, camarones y vegetales. Pero si hay algo que no varía, es que siempre van acompañadas de jugosas y picantes salsas -como la crema agria, el guacamole o el pico de gallo- y verduras a la parrilla.
Otro dato importante que no nos podemos olvidar a la hora de hacer unas auténticas fajitas es que el corte de la carne y del resto de los ingredientes debe ser en juliana, alargado. Si no, no se trata de una auténtica fajita. Además, deben servirse por separado, es decir, por una lado la carne, por otro lado las verduras y salsas, para que así cada comensal pueda prepararse su propia fajita a su gusto. Son precisamente estos dos aspectos las principales diferencias entre fajitas, tacos y burritos.
¿Quieres saber en qué otras cosas se diferencian?
Y ahora que ya eres un experto en comida mexicana, por qué no te atreves a dar un paso más en la evolución de las fajitas e innovas con esta original receta: fajitas de gambas y aguacate.
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Muy buen post, sobre todo por la valiosa información que entregan en cuanto a la cocina y exquisitas preparaciones
saludos
Nicolás