Cada verano, los medios y especialistas nos recuerdan la peligrosidad de la radiación solar y el daño que puede hacernos. Y si bien cada año somos más conscientes de utilizar protectores solares de alto SPF. Lo cierto es que el proteger nuestros ojos del sol sigue siendo una asignatura pendiente, también en el caso de los niños.
Sobre si los peques deben o no utilizar gafas de sol, se ha hablado mucho y se han llegado a pocas conclusiones.
Los oftalmólogos, ópticos y demás profesionales no se ponen del todo de acuerdo en la idoneidad de utilizar gafas.
Sí que coinciden en que ante situaciones de sobreexposición solar intensa, como sucede en la playa o la nieve, es más que necesario utilizar gafas. Además, los ojos de los niños son más sensibles a la radiación UV y sufren un daño mayor que los de un adulto.
Incluso, algunos facultativos aconsejan el empleo de gafas de sol también en la vida cotidiana. Basan su decisión en que la radiación UV tiene un efecto acumulativo en la piel y los ojos. Sus efectos no se perciben al instante, sino que se acumulan a lo largo de la vida y afloran en la edad adulta.
Por otro lado, otros especialistas consideran que no es necesario que los niños usen gafas de sol cada vez que salen a la calle. De hecho, aseguran que podría ser hasta perjudicial para la madurez del ojo del niño. Su teoría se apoya en la necesidad que existe de que entre luz en el ojo. Esto es para que las células de la retina del fondo se desarrollen y se acostumbren de forma paulatina a la luz solar.
Si esto no sucede y el niño comienza a utilizar gafas solares desde la temprana infancia, para cualquier tipo de exposición solar, ya sea intensa o leve, podría generarse una fotofobia en etapas posteriores.
¿Cómo deben ser las gafas de sol infantiles?
Sea como sea, ahora estamos en verano y la exposición al sol en estas fechas está más que asegurada. Así que la recomendación facultativa es que los peques sí deben utilizar gafas de sol. Pero, ¿cómo deben ser?
Es indispensable que sean unas gafas de sol de calidad. Lo recomendable es comprarlas en una óptica y asegurarse de que tienen una protección del 100%. Los expertos recomiendan que los cristales sean orgánicos y lo más resistentes posibles a los golpes; así como cristales oscuros, para atenuar la luminosidad.
También se recomienda que la montura sea de silicona para que se adapte bien a la cara. También, para evitar que se les caigan, se deben sujetar con una gomita. Es muy importante que los niños se sientan cómodos con las gafas para que no tengan la tentación de quitárselas.
Y tú, ¿ya sabes cómo elegir tus gafas de sol? 🙂