Innova en el desayuno o en tu merienda con dulces caseros, que se preparan en un santiamén. Galletas de frambuesa y pistacho, de chocolate, o estas galletas de miel que encantarán a todo el que las pruebe. Y para mojar en leche o en el café…son inmejorables.
Paso 1:
Pon a precalentar el horno a 180 grados con calor arriba y abajo. Puedes ponerlo a 160 grados si usas un horno con ventilador.
Paso 2:
En un bol grande y ayudándote de una espátula, mezcla todos los ingredientes hasta conseguir una masa homogénea. Remueve y remueve para que los ingredientes queden perfectamente integrados. Lo que siempre te aconsejamos en repostería (a no ser que se especifique lo contrario en la receta) es que trabajes con los ingredientes a temperatura ambiente. En este caso, los huevos y la mantequilla, que debes haber sacado unas horas antes de la nevera para que sean fácilmente manipulables y se integren bien en la mezcla.
Paso 3:
Como la masa te quedará un poco pegajosa, lo mejor para darle forma es meter la mezcla en una manga pastelera y hacer sobre un papel de horno las galletas del tamaño que quieras, y mejor que queden planitas para que mantengan su forma y no se expandan demasiado. Deja unos 10 centímetros entre una galleta y otra.
Paso 4:
Hornea las galletas de miel hasta que veas que quedan doradas. Piensa que son muy finas, por lo que tardarán solo unos 8-10 minutos. Ante la duda, mejor sacarlas antes, porque de lo contrario te pueden quedar demasiado duras. Cuando estén listas, déjalas enfriar sobre una rejilla para que no se acumule humedad. Así aguantarán más.
Presentación:
Puedes decorar tus galletas de miel con un poco de azúcar glas por encima, ayudándote de un tamiz o colador para que quede una capa muy fina de azúcar. Ahora solo te queda elegir la bebida con la que acompañarás este dulce momento: un vaso de leche, un café…o un zumo de la fruta que más te guste. Eso sí, quienes descubran estas ricas galletas en la cocina, las ‘atacarán’ al instante.
Trucos:
Para conseguir una buena textura en una galleta, lo ideal es que uses harina ‘floja’ de repostería, para que queden más crujientes sin llegar a endurecerse. Una buena forma de mantenerlas crujientes sin que se pongan duras como una piedra es mantenerlas en una caja de lata. Pero sin duda, lo mejor es comerlas recién hechas. Si no vas a comértelas antes de 4 o 5 días lo mejor es que congeles la masa y las prepares otro día.
Sugerencia:
Estas galletas de miel tendrán todo el sabor y el aroma de la miel si los elaboras con la miel de flores marca DIA que encontrarás en tu tienda habitual. Al mejor precio y en un práctico formato con tapón dosificador, para que puedas utilizar la cantidad exacta y sin mancharte tú ni manchar el bote…¡que luego suele quedar pegajoso!
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Nada mejor como hacer estas galletas de miel. Son súper buenas y sanas.