Los campamentos de verano son para los niños un momento de máxima diversión. Para los padres, es un periodo de descanso que pueden aprovechar para organizarse en el trabajo sin necesidad de hacer malabarismos para poder atender a los pequeños.
Mandar a los hijos de campamento les ayuda a dar un paso hacia la madurez. La convivencia continuada con otros niños con caracteres distintos es primordial para su desarrollo personal.
Los niños aprenden a convivir con los demás y a desarrollar nuevas habilidades sociales, físicas y mentales. Es una oportunidad para crecer en valores como la amistad, la comprensión, la tolerancia, la paciencia, la solidaridad y el respeto.
Una vez hayas visto todas las ventajas de un campamento de verano y hayas decidido cuál se ajusta más a tus tiempos y economía, es el momento de ponerse con los preparativos.
Uno de los quebraderos de cabeza previos al campamento es la bolsa de viaje. Debe adecuarse a la montaña, playa, granja o ciudad.
En los formularios de inscripción de los campamentos, suelen recomendar el atuendo adecuado y la cantidad de prendas que la organización prevé que los niños necesitarán. Tu intuición de padre te ayudará a completar el equipaje con lo que tu hijo necesite en función de su personalidad, sus gustos, manías y si son frioleros o calurosos.
Involucra a tus hijos a la hora de preparar su maleta. Explícale y anota en una libreta cuál es el atuendo para cada conjunto y actividad. Así, además, conseguirás que se responsabilice de sus cosas y sepa organizar mejor el equipaje de vuelta.
La primera máxima a tener en cuenta a la hora de ponerse manos a la obra es que la ropa debe ser cómoda, fácil de poner y quitar, y que sea resistente y todoterreno. Con ella, va a realizar actividades de todo tipo, en hierba, barro y agua. Quedan descartados los tejidos delicados, la ropa con lazos, abotonaduras y cierres complicados.
Ropa:
Accesorios:
Neceser:
Kit de supervivencia:
Los organizadores disponen siempre de un botiquín de primeros auxilios. Así que, bastará con meter en su maleta un repelente de insectos y unas tiritas para una rozadura o ampolla.
Si necesita algún medicamento especial, informa a los monitores de la dosis necesaria y el modo de administrarla. Incluye en el botiquín de tu hijo una cantidad de medicamento suficiente para su estancia fuera. Pídele que se la entregue a los organizadores para que ellos procedan en su correcta administración.
Ahora sí, despreocúpate. Está todo listo para que lo pase en grande en verano. ¡Y será inolvidable!
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