¿Por qué comprar fruta de temporada? Bastan tres razones: se encuentran en su mejor momento en cuanto a nutrientes, el sabor es mucho más intenso y su precio es más económico.

El frío comienza a hacer acto de presencia, por eso las frutas del otoño típicas, ricas en vitaminas y antioxidantes y que aportan gran cantidad de energía, son perfectas para reforzar las defensas y evitar resfriados.

Os dejamos una lista con las frutas que están en mejor estado durante los meses otoñales:

Caqui

Es una fruta tropical, dulce y frágil, que ha de encontrarse muy madura en el momento de su consumo.

A la hora de comprar el caqui se han de desechar los ejemplares que presenten un color verde y elegir los que estén intactos, con casquete y tallo incluidos. Pero, en caso de comprarlos cuando aún está verdes, se deben conservar a temperatura ambiente hasta que maduren. Proceso que puede acelerarse manteniendo los caquis en una bolsa de papel junto con otras frutas como el plátano o la manzana.

Una vez que el caqui ha alcanzado su punto óptimo, se ha de conservar en la nevera hasta el momento de su consumo, que debe ser lo antes posible. Esta fruta admite muy bien la congelación, ya sea entera o en puré.

Su principal componente es el agua. Entre los minerales que contiene destaca el potasio, el calcio, el fósforo, el hierro y el sodio, aunque en cantidades pequeñas. Además, es una excepcional fuente de vitamina A y vitamina C y pequeñas cantidades de vitaminas B, entre ellas B1, B2 y B3.

Contiene efectos laxantes. También es interesante su proporción de glucosa y sacarosa y su bajo contenido en sal. Esto hace del caqui una fruta adecuada para diabéticos, hipertensos y personas con afecciones cardíacas y renales.

Higo

Es una fruta dulce que se consume fresca sólo durante el otoño. Aunque, se puede adquirir en el mercado desde finales de agosto y hasta comienzos de octubre. El mejor momento para consumirlo es cuando están firmes al tacto y poseen un fuerte aroma. Por el contrario, se debe evitar comer los higos que posean una textura blanda o manchas marrones. Es una fruta muy perecedera que puede conservarse en la nevera no más de tres días. Pero, a la hora de comerlas se desaconseja que estén frías porque su sabor queda atenuado.

Es una fruta muy frágil, lo que hace que, tanto su transporte como su conservación en buenas condiciones resulten particularmente difíciles.

Granada

Es la fruta carnosa del granado, árbol que crece en zonas tropicales y subtropicales. Una fruta refrescante de sabor agridulce que resulta muy beneficiosa para la salud por su gran contenido en antioxidantes. Estos ayudan a frenar el proceso de envejecimiento, mantener la piel sana, favorecer la circulación sanguínea y reducir la presión arterial, por lo que la granada y sus propiedades te van a ayudar a prevenir enfermedades del corazón y mantener una buena salud cardiovascular.

Además, debido a su alto contenido en manganeso, la granada es beneficiosa para el tratamiento de los trastornos del metabolismo enzimático.

La granada, como fruta carnosa que es, posee un elevado contenido en agua, lo que la convierte en una fruta muy diurética. Favorece la eliminación de líquidos y sales a través de los riñones, gracias también a la presencia de potasio, que ayuda a mantener el equilibrio hidrosalino del organismo.

También aporta otros minerales y vitaminas como fósforo, calcio, hierro, magnesio, vitaminas C, B1 y B2.

Algunos estudios han comprobado, además, que el zumo de granada ayuda a combatir el cáncer, aliviar los síntomas de los trastornos estomacales, la osteoartritis y la conjuntivitis.

A pesar de que, comienzan a verse granadas a mediados de septiembre, su mejor época es entrado el otoño. En este momento sus granos se encuentran en perfecta maduración, manteniéndose así hasta finales de enero.

Cuando se vaya a adquirir granadas en el mercado, hay que elegir ejemplares de buen tamaño y elevado peso, de color vivo y matices marrones. Se deben rechazar las que estén arrugadas y con la piel blanda o decolorada.

Las granadas se conservan a temperatura ambiente durante varios días. Si no van a ser consumidas inmediatamente, se pueden meter en el frigorífico, donde se conservarán unas tres semanas. Los granos separados se pueden congelar fácilmente.

Frambuesa

La frambuesa tiene su mejor momento desde finales de verano hasta octubre. El resto del año sólo es posible adquirirlas congeladas, enlatadas o en almíbar.

La época más adecuada para la recolección de las frambuesas es de julio y octubre. En las frambuesas, el crecimiento de mohos se produce a las pocas horas de su recolección, por lo que se consideran frutas muy perecederas.

Para evitar este tipo de alteraciones, se pueden conservar en el frigorífico, donde se mantienen íntegras durante dos o tres días. Para una conservación más prolongada, se pueden congelar, ya que durante el proceso de congelación mantienen intacta su estructura.

Arándanos

Septiembre es su mejor momento. Fuera de temporada sólo se encuentran congelados, envasados o secos.


Es el fruto carnoso del mirtilo, planta silvestre que crece en prácticamente todo el hemisferio norte. En general, las variedades silvestres poseen mejor sabor que las cultivadas.

Suelen mantenerse en el frigorífico durante unas tres semanas pero se recomienda tomarlo a temperatura ambiente porque tiene mejor sabor. Para un mayor periodo de conservación, pueden congelarse.

Moras

La mora es una fruta del bosque que madura a finales del verano y principios de otoño, aunque se puede congelar fácilmente para disfrutarla todo el año.

Es el fruto del moral o morera. Se trata de una fruta carnosa, jugosa y de color negro con matices rojizos. Su sabor es agridulce y se usa tanto para consumo directo como para elaborar mermeladas y bebidas.

Es un alimento que soporta mal el calor, las manipulaciones y el transporte. Las moras se pudren con rapidez y contaminan a los alimentos que se encuentren alrededor. Por este motivo es muy importante comprar moras enteras y brillantes y descartar las moras blandas, sin brillo o amontonadas, ya que estarán deterioradas o enmohecidas.

Siempre que sea posible, se recomienda que sea uno mismo quien recolecte las moras. El mejor momento para su recolección es por la mañana, ya que están más azucaradas y se conservan durante más tiempo.

Al ser tan perecederas, debe evitarse su exposición al sol o dejarlas mucho tiempo a temperatura ambiente. Se pueden conservar varios días en el frigorífico y se recomienda no lavarlas.

Las moras se deben congelar de forma individual, es decir, primero se congelan extendidas en una sola capa, y una vez congeladas, se pueden envasar en una bolsa hermética.

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