Bocaditos deliciosos y una receta fácil. Estos merengues con nata son un poco ‘adictivos’ y cuando los pruebes no podrás parar. Su historia viene de la antigüedad y siempre han sido un producto apreciado por los delicatessen. En la corte francesa estaban muy de moda durante el reinado de Luis XV… ¡Y siguen estándolo!
Paso 1:
Monta las claras a punto de nieve, bien con unas varillas y con la idea de hacer un poquito de ejercicio, o bien con una batidora con accesorio de varillas. Hazlo agregando una pizca de sal e incorporando muy poco a poco el azúcar.
Paso 2:
Cubre una bandeja de horno con papel vegetal o de horno. Engrasa ligeramente con un poco de mantequilla y espolvorea una pizca de harina por encima. Así te asegurarás de que no se pegan y, sobre todo, de que después los puedes retirar muy fácilmente.
Paso 3:
Llega el momento de sacar tu ‘artillería culinaria’. Si tienes una manga pastelera úsala para dar una forma bonita a tus merengues. Existen el mercado decenas de tipos de boquillas diferentes para las mangas.
En este caso, busca una lo más abierta posible para que te sea más fácil hacer merengues de tamaño medio. Con la manga, ve formando los merengues sobre la bandeja.
Paso 4:
Mete en el horno, precalentado a 100 °C y hornea durante 1 hora. Los merengues no deben cocerse, sino secarse, por eso debes hacerlo a poca temperatura. Mientras, aprovecha para batir la nata y montarla con el resto del azúcar. Después, reserva en el frigorífico.
Paso 5:
Cuando los merengues estén listos y se hayan enfriado, ve poniendo nata montada en el lado plano de uno de los merengues. Coloca en el otro extremo la parte plana de otro merengue, presionando ligeramente sobre la nata. Repite la operación con el resto de merengues.
Perfectos para una merienda, para la hora del café… Estos deliciosos bocados de merengue con nata encantarán a todos tus invitados. Sirve en un plato elegante y decorar, por ejemplo, con algunos frutos rojos.
Si no tienes a mano ninguna manga pastelera tienes varias opciones en esta receta: bien fabricar una casera (con una bolsa de plástico nueva, de las que se usan para congelar: introduce la mezcla y cierra bien con unas gomas o unas pinzas, y después haz una abertura por uno de los picos), o bien, dale forma a tus merengues con un par de cucharas soperas. Solo necesitarás un poquito de maña, aunque difícil que todos te queden iguales.
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Muchas gracias por el truco a la hora de utilizar la manga pastelera. Ahora será mucho más fácil seguir los pasos de esta receta de merengues con nata.