Seguro que en los últimos tiempos has oído hablar del mindful eating, ¿verdad? Y es que cada vez son más los que se apuntan a esta práctica que bien podría traducirse como “alimentación consciente”. Pero, ¿qué significa exactamente esto?
¿En qué consiste el mindful eating?
En un mundo de prisas y estrés son muchos los que exteriorizan la ansiedad del día a día buscando refugio en la comida, alimentándose a deshoras y echando mano de productos ultraprocesados. Sin embargo, el mindful eating lo que nos invita es a relacionarnos con la comida de una manera sana y natural a través del control de la mente. Es decir, lo que el mindful eating propone es comer de manera consciente según nuestras necesidades fisiológicas. Para ello, es fundamental aprender a diferenciar cuando necesitas comer porque tienes hambre y cuando no. Asimismo, también ayuda a detectar cuando estamos saciados y el cuerpo ya no necesita más alimento.
Obviamente, adquirir estas habilidades no es cuestión de un día, sino que se consiguen tras un proceso de entrenamiento y que podríamos resumir en las siguientes técnicas de mindful eating.
Ejercicios de mindful eating
Para comenzar a practicar el mindful eating comienza con los siguientes consejos.
- La primera pregunta que debes hacerte es si realmente tienes hambre antes de empezar a comer. Si la respuesta es no, la siguiente cuestión que debes plantearte es por qué quieres comer en ese preciso instante. ¿Porque es la hora de comer? ¿Te has planteado dejarlo para más tarde cuando realmente tengas ganas de comer?
- Durante la comida, es importante mantener la calma. Mastica con tranquilidad, mantén la calma entre bocado y bocado para frenar la ansiedad y porque así te será más sencillo identificar cuando tu cuerpo ya no necesita más alimento. Un truco para frenar el ritmo mientras comes es dejar los cubiertos apoyados en el plato cuando estás masticando.
Para saber si estás comiendo a un ritmo saludable, ten en cuenta que las comidas deben durar unos 20 minutos, pues está demostrado que éste es el tiempo que necesita el cuerpo para detectar la sensación de saciedad.
- Cuando estamos nerviosos tendemos a prepararnos platos con más comida de la necesaria. El mindful eating nos propone utilizar platos pequeños que nos permita seguir teniendo la sensación de plato lleno, pero de esta forma controlas la cantidad. Si después sigues sintiendo necesidad de más alimento, puedes repetir, pero ahora lo estarás haciendo de una manera consciente.
- No te culpes por dejar algo de comida en el plato. Existe la falsa creencia que dejar comida en el plato es un mal hábito. Sin embargo, una de las técnicas del mindful eating consiste precisamente en no ver una obligación en terminarse toda la comida servida. Es fundamental escuchar nuestro cuerpo y dejar de comer cuando ya no nos pida comida, independientemente de si te has comido todo el plato o no.
- Comer de pie, viendo la televisión, consultando el móvil, frente al ordenador…etc. no suelen ser buenos compañeros de mesa. Todos estos hábitos nos evaden de la comida y no nos permiten disfrutar del placer de comer. SI estás solo, concéntrate en lo que estás comiendo, y si estás acompañado, nada mejor que una charla agradable y distendida.
Beneficios del mindful eating
Como has podido comprobar, el mindful eating está lejos de ser una simple dieta, es mucho más. Es, sobre todo, una actitud frente a la comida. Sin embargo, todos aquellos que han caído rendidos a los beneficios del mindful eating coinciden en que han perdido peso y eso es porque su relación con la comida es distinta. Comen los alimentos que necesitan y cuando lo necesitan. Y, sobre todo, disfrutan de comer.
Y cuando tengas dominada la técnica del mindful eating, ¿por qué no ponerlo en práctica para el resto de los aspectos de tu vida? Recuerda qué es el mindfulness, sus técnicas y beneficios.