Afortunadamente, cada vez existe mayor conciencia de respeto al medio ambiente y al entorno que nos rodea. Y la moda no es ajena a este movimiento. Por eso, ya no es raro ver que las grandes marcas textiles ofrecen prendas etiquetadas como moda sostenible. Pero ¿sabes exactamente qué significa esta palabra? ¿Sabes qué implica que una prenda sea catalogada como ropa ecológica? Hoy te lo contamos.
Apúntate a la moda de la ropa ecológica
Frente a la moda rápida o fast fashion, aquella que lanza colecciones cada poco tiempo a precios muy económicos y que aporta enormes beneficios a las grandes marcas, existe una tendencia cada vez más en alza que se basa en todo lo contrario. La moda sostenible o ecológica consiste en ser rentable, pero sin descuidar el impacto medioambiental y social de la actividad. De este modo, aunque no se obtienen las mismas ganancias que en el otro modelo de negocio, sí que aumentan sus beneficios medioambientales y sociales, lo que repercute de forma positiva en los ecosistemas con los que interactúan y en las personas con las que trabajan.
Cómo ayuda la moda sostenible al entorno
Hemos dicho anteriormente, que la moda sostenible basa su producción en el respeto al entorno y la mano de obra. Pero ¿cómo lo hace?
–Se utilizan materiales ecológicos: Las prendas eco no contienen fibras químicas o sintéticas, sino naturales. Además de cuidar el medio ambiente, también están cuidando tu piel.
– Ropa duradera: La moda sostenible no busca ser desechada cada tres o seis meses, sino que está hecha para usarla una y otra vez, hasta que se rompa. Por tanto, de esto se deduce que las prendas ecológicas son de calidad y muy duraderas.
–Producción local: Para evitar que haya una mayor contaminación en el transporte, la moda sostenible se fabrica de forma local.
-Cuidado de los trabajadores: La moda ecológica no solo busca minimizar el impacto medioambiental, también pone su foco en proporcionar condiciones laborales respetuosas y proporcionar sueldos dignos.
-Menos basura: La moda sostenible de por sí, genera menos basura que la que no lo es. Pero, además, las empresas que las fabrican también ponen en marcha protocolos para gestionar de manera eficiente y responsable los desperdicios que emiten.
-Es más cara: Sumarse a la moda sostenible no es fácil ni tampoco barato. Las marcas tienen que hacer grandes inversiones económicas para desarrollar procesos de fabricación que les permitan hacer prendas de ropa con los parámetros vistos hasta ahora. Esto, lógicamente, se traduce en que tienen que vender las prendas a un precio más alto que lo que haría otro tipo de moda. Eso sí, si compras sabes que tienes una prenda que te va a durar mucho y además estarás cuidando la naturaleza y ayudando a las comunidades locales.
Pero además del mundo de la moda, también el sector cosmético está comenzando a preocuparse por el medio ambiente y no son poco los productos de cuidado que ya existen bajo la denominación de cosmética natural, que, sin renunciar a su función, también respetan el entorno. Como, por ejemplo, es el caso de los desodorantes sin aluminio. ¿Quieres saber más de ellos? Pues sigue leyendo.