El jengibre es una raíz gruesa y rizada que desde la antigüedad se ha utilizado con fines gastronómicos y, en especial, en la medicina alternativa.
Esta raíz se conoce en Asia desde hace más de 3.000 años, pero no se sabe con exactitud cuál es su país de origen.
La raíz se utiliza en muchas cocinas para darle sabor a diferentes platos. Además, da un toque picante a los alimentos y constituye una fuente rica de nutrientes, las propiedades del jengibre son muy beneficiosas para la salud.
El jengibre contribuye a reforzar el sistema inmunológico, además de que ayuda a combatir las náuseas y la migraña, sirve para quemar grasas y es un alimento con propiedades anticancerígenas.
Puedes encontrar el jengibre en mercados o en herbolarios, y aparece presentado de distintas formas. Te contamos cuáles son las tres mejores formas de emplearlo en la cocina.
Una de las formas más comunes de preparar el jengibre es en té. Además, el té de jengibre permite aprovechar mejor las propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antioxidantes de esta raíz.
Este té es ideal para calmar dolores y relajar el cuerpo. Una bebida perfecta después de un día agotador.
Prepara tu té añadiendo una cucharada de jengibre fresco picado en una taza de agua hirviendo. Si quieres puedes echar también una cucharada de miel y jugo de limón. Otra opción es preparar la misma receta pero usando leche como base en lugar de agua. ¡Estará buenísimo!
El jengibre tiene un toque picante que resulta ideal para realzar el sabor de tus platos y recetas favoritos. Para ello, puedes preparar el jengibre rallado, triturado o cortado en pequeñas rodajas que puedes añadir a los platos como condimento.
El jengibre como especia funciona especialmente bien si se lo añades a carnes, ya sea a la plancha o en cocidos. Además, es un complemento perfecto para muchos tipos de recetas, como ensaladas, arroces, pescados y mariscos, galletas, postres, e incluso para darle un toque picante al pan y los aceites.
La cantidad que vamos a utilizar dependerá de la intensidad de sabor que se le quiera dar a los platos. Esta especia se puede rallar, triturar o cortar en pequeñas rodajas para agregarlo a los platos que se desee.
El jengibre puedes comprarlo molido, pero también lo puedes preparar en casa triturando la raíz seca. Para ello, lávala bien y déjala secar al sol o al horno. Una vez seco, corta el jengibre en trozos y muélelo en un mortero, picadora o molinillo de café.
Puedes utilizar el jengibre molido para añadir al té, a zumos y batidos, como condimento para alimentos y para preparar aderezos para ensalada.
Aquí te hemos contado algunas ideas. ¿Cómo utilizas tú el jengibre? Cuéntanoslo en los comentarios.
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