Que los más pequeños se lleven el tentempié o la merienda de casa tiene sus ventajas: sabemos exactamente lo que comen, qué cantidad y si están cumpliendo unas reglas básicas de nutrición saludable.
Pero, ¿qué hacer cuando se os acaban las ideas de recetas sanas? Recurrir a un bollo o darles dinero para que se compren cualquier cosa es lo que no debes hacer. Son niños. Lógicamente, elegirán un capricho y no será precisamente una pieza de fruta. Te damos algunas ideas para la mochila de tu hijo.
Es importante que la comida que se lleve al cole contribuya a su crecimiento, especialmente el desayuno, que debe ser lo más completo posible para aportarle la energía que necesitan sus actividades: estudiar, jugar, correr… No tengas miedo a que no se la coma. Si se acostumbra de pequeño, lo encajará como deliciosos manjares y recompensas a su hambre.
Si te decantas por la idea más sana posible, lo mejor es alguna pieza de fruta, entera o, si quieres, cortada en una fiambrera. De esta forma, a cachitos pequeños, puedes aportarle más variedad y hacer una rica macedonia con multivitaminas de verdad. Otra opción son los frutos secos, saciantes y ricos en hidratos de carbono, y que le ayudarán a rendir en el colegio.
Las tortitas para picar entre horas de trigo o arroz inflado que puedes encontrar en el supermercado son también aptas para niños. Acompáñalas de pavo, queso o jamón, sin son bajos en grasa aún mejor.
Bocatas caseros, pura energía
¿Tu hijo es muy activo? Si hace deporte y no para quieto, olvida la idea de que un bocadillo le engordará. La merienda de toda la vida es la más sana que existe. Opta por ponerle un quesito untado, pavo o jamón de york. Si le gusta probar cosas nuevas, atrévete con el aguacate, que le dará sabor al sándwich, y encima contiene muchos nutrientes.
El pan de pipas o los palitos crujientes les encantarán también. Eso sí, no se lo eches en la bolsa de la merienda a diario. Mejor dosificarlos.
¿Y para beber? Obviamente, el agua es el mejor acompañamiento. Pero tampoco vamos a ponernos muy estrictos. Un zumo o leche sin añadidos son también perfectos. Los lácteos como el yogur le vendrán bien y le aportarán calcio. Para que sean más fáciles de llevar, puedes decantarte por las botellitas de su versión líquida.
Es normal que, a veces, a los peques les apetezca dulce. A ti también te pasa, ¿no? Algún día puedes echarles unas galletitas o el clasicazo que nos volvía locos: ¡pan con chocolate!
En el caso de que la repostería sea lo tuyo, qué mejor que preparar un bizcocho o unas galletas caseras. Tú controlas la cantidad de azúcar y mantequilla, que siempre podrás sustituir por edulcorante. Además, si les pides que te ayuden a prepararlo, la satisfacción será doble.
Oye, que nos ha entrado hambre. Ay, quién fuera niño para volver a merendar en el recreo…