Salpicón de bogavante

Paso 1:

Pela la cebolla y pícala muy finita. Si no te gusta que la cebolla pique… antes de pelarla finita, pártela en aros e introdúcelos en un bol con agua. Mantenlos así durante 15 minutos y después saca los aros del agua, sécalos con papel de cocina y, ahora ya sí, pícalo finito.

Paso 2:

Lava el tomate, pártelo, retira las semillas y pica el resto de la carne. El pimiento verde, pélalo, retira las semillas y pícalo también en daditos pequeños. El apio, lávalo, sécalo, y pícalo fino. Si las ramas fueran muy grandes o leñosas, retírale previamente las fibras.

Paso 3:

Si has comprado el bogavante ya cocido, no tendrás más que armarte con una pinzas, cascanueces y cuchillo grande para sacarle toda la carne. Hazlo sobre una tabla de cocina de tal forma que, además de toda carne (ojo, debes sacar toda, toda) puedas recoger también sus jugos.

Paso 4:

En un bol grande, mezcla todos estos ingredientes que acabas de picar: la carne del bogavante, la cebolla, el pimiento verde, el tomate y el apio. Añade la pimienta negra recién molida, una pizca de sal, la mayonesa y el pimentón.

Paso 5:

Integra bien toda la mezcla… y a la nevera con ella. Refrigera durante al menos 2 o 3 horas para que esté bien fresquita y para que se asienten y mezclen bien los sabores.

Presentación:

Sirve tu salpicón de bogavante bien fresquito y adorna con unas hojas de perejil por encima. ¡Ah! y no te olvides de descorchar un buen vino blanco, bien fresquito… que esta receta lo merece.

Alternativa:

Esta receta está riquísima con un puntito picante. Si te gusta, en lugar de utilizar solo pimentón dulce, mézclalo con una pizca de pimentón picante. Eso sí, te recomendamos que el pimentón sea de marca DIA. Da un resultado estupendo y aportará todo su aroma.