Esta tarta de queso con fresas y gelatina te solucionará una fiesta, un postre y una tarde entera. La acidez de las fresas contrasta con la dulce cremosidad del queso haciendo de esta tarta un dulce excepcional.
Precalienta el horno a 180°C. Tritura las galletas con un procesador de alimentos, batidora o picadora. Si no tienes estos utensilios a mano, mételas en una bolsa de congelación de ésas que tienen cierre zip, ciérralas procurando que no quede aire dentro y tritúralas con un rodillo, ya sea haciéndolo girar por encima hasta molerlas o directamente golpeándolas para desmenuzarlas.
Derrite la mantequilla indicada para la base al baño maría o en el microondas. Si usas este último método, más rápido, cubre el recipiente con una tapadera indicada para microondas para que no salpique las paredes del electrodoméstico al calentarse. Vigila a menudo porque puede quemarse.
Utiliza un molde desmontable para hacer esta tarta de queso con fresas y gelatina. Forra el fondo con papel sulfurado, de horno o vegetal y unta las paredes con mantequilla o aceite de girasol. Mezcla en un recipiente las galletas molidas y la mantequilla hasta obtener una pasta densa. Si necesitas más mantequilla para amalgamarlo todo, añádela. Monta el molde y vierte la pasta en el fondo, extendiéndola, compactándola y alisándola con ayuda del dorso de una cuchara. Mete el molde al horno durante 7 minutos para que se solidifique y después déjalo enfriar completamente.
Pon un cazo o cazuela antiadherente a fuego medio y echa el queso, la leche, el azúcar, los huevos y la cuajada. Bate con una varilla hasta deshacerlo todo y sigue batiendo hasta que espese. Deja cocer durante 10 minutos cuidando de que no llegue a hervir. Transcurrido ese tiempo, vierte la masa en el molde sobre la base de galleta. Deja enfriar y reposar hasta que esté a temperatura ambiente. Después métela en el frigorífico durante 8 horas.
Cuando la tarta se haya enfriado, prepara la cobertura. Pon a hidratar las láminas de gelatina en un recipiente con agua y hielo que las cubran completamente. Por otro lado, lava y tritura las fresas (reservando algunas enteras para decorar) y haz pasar el puré resultante por un colador para eliminar todos los restos sólidos y pepitas que pudieran quedar.
Pon a calentar el agua de la cobertura hasta que empiece a hervir; retira el cazo del fuego y añade la gelatina hidratada y escurrida y el puré de fresas. Remueve hasta mezclarlo todo uniformemente y vierte la mezcla sobre la tarta hasta cubrirla por completo. Vuelve a meter el molde en el frigorífico y espera a que solidifique.
Una vez esté lista tu tarta de queso con fresas y gelatina, deja volar tu imaginación para decorarla. Puedes laminar algunas fresas de las que reservaste enteras y decorar con ellas el borde de la tarta. También puedes distribuirlas por la superficie, algunas picadas y otras enteras. ¡Preciosa y deliciosa!
La base para la tarta de queso con fresas y gelatina quedará densa y cremosa pero además saludable con las galletas maría fibra integrales de la línea Vital de DIA.
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Esta tarta de queso es súper fácil de hacer y un acierto seguro. A casi todo el mundo le gusta.