La vuelta de las vacaciones supone adaptarse a la rutina y los horarios. Tener que ir y volver todos los días al trabajo o centro de estudios se puede hacer cuesta arriba, y seguro que te gustaría aprovechar cuando llegas a casa para descansar.
¡No hay problema! Existen técnicas de relajación muy fáciles de llevar a cabo para relajarte cuando sientas que necesitas una pausa en tu día a día.
La respiración profunda consiste en inspirar desde el abdomen, obteniendo todo el aire fresco posible para tus pulmones. Con esto consigues inhalar más oxígeno. Para respirar profundamente, sigue estos pasos:
Si tienes dificultades para respirar desde el abdomen mientras estás sentado, trata de acostarte sobre el suelo. Coloca un pequeño libro sobre tu estómago y trata de respirar de manera que el libro se mueva mientras inhalas y exhalas.
La atención plena consiste en estar plenamente concentrados en el momento presente. Esta meditación consciente cambia el enfoque sobre lo que está pasando ahora mismo.
Explora tu cuerpo centrándote en la manera en que sientes cada una de sus partes con cada actividad que realices. Por ejemplo, puedes meditar mientras caminas, centrándote en la sensación de los pies al tocar el suelo, el sonido, el ritmo de la respiración mientras te mueves, el viento en tu cara.
La relajación muscular progresiva se trata de un proceso de dos etapas en las que los músculos de diferentes grupos en el cuerpo se tensan y relajan. Puedes combinar la respiración profunda con la relajación muscular progresiva para un nivel adicional de alivio del estrés.
Tómate unos minutos para relajarte, respirar y realizar respiraciones lentas y profundas. Cuando estés relajado y listo para empezar, centra tu atención en tu pie derecho. Tómate un momento para observar cómo lo sientes.
Poco a poco tensa los músculos de tu pie derecho, apretando tan fuerte como puedas. Mantén la posición contando hasta 10. Relaja el pie derecho. Concéntrate en cómo la tensión se evapora y siente cómo tu pie se queda sin fuerzas y suelto.
Permanece en este estado de relajación por un momento, respirando profunda y lentamente. Cuando estés listo, mueve tu atención a tu pie izquierdo. Vuelve a contraer y relajar. Haz lo mismo con las piernas, abdomen, espalda, cuello, cara.
Esperamos que con estas técnicas te sea más fácil relajarte. ¿Cuáles usas tú?
También puedes probar con todos los beneficios de un masaje relajante, y todo lo que supone para tu bienestar. Pero si lo tuyo es el yoga, sigue estos 5 ejercicios 🙂
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Me ha gustado mucho,y bastante ut
Útil
Nos alegramos, muchas gracias por tu comentario :)