El aceite de girasol o también conocido como aceite de maravilla es de origen vegetal, obtenido a través del prensado de las semillas de girasol y de procesos de refinado que dan como resultado un líquido de color dorado de baja viscosidad.
Una de las particularidades de este aceite es que tiene un punto de humo alto, es decir, aguanta altas temperaturas antes de empezar a degradarse. Esto lo convierte en una buena opción para cocciones a alta temperatura, como freír y saltear.
La producción de aceite de girasol consta de una serie de procesos tanto mecánicos como químicos, para extraerlo de las semillas del girasol.
Se produce siguiendo los siguientes pasos:
El aceite de girasol tiene múltiples usos. Se suele utilizar para asar, saltear y freír, debido a su alta resistencia al calor.
Esto significa que es capaz de soportar altas temperaturas antes de que empiece a humear y a oxidarse.
Es habitual emplearlo para hacer fritos, saltear verduras, para hacer vinagretas o aliñar ensaladas, entre otros muchos más usos.
El aceite de girasol cuenta con buenos valores nutricionales aportándonos los siguientes beneficios para nuestro organismo y salud:
Ambos son buenos para freír, aunque por términos de ahorro el de girasol es más económico que el de oliva.
Echa un vistazo a todo el detalle de la comparativa del aceite de oliva vs aceite de girasol.
Este aceite vegetal tiene un alto contenido en vitamina E, un potente antioxidante que reduce los efectos del envejecimiento producido por los radicales libres. Por otro lado cuenta con buenos niveles de vitamina K, liposoluble, encargada de la coagulación de la sangre.
La mejor alternativa al aceite de girasol es el de oliva, el cual es fácil de encontrar, tiene buenas propiedades nutricionales y le da buen sabor a los alimentos.
Aunque si priorizamos la calidad, lo mejor será siempre comprar aceites de oliva virgen extra.
Te dejamos algunas alternativas por si quieres cocinar con otros aceites de origen vegetal:
El aceite de girasol tarda varios años desde su envasado en perder propiedades, siempre y cuando el recipiente esté precintado. Si lo abrimos estaremos dejando una entrada al oxígeno, llegando a degradar más rápidamente sus propiedades, pudiendo incluso darle un sabor rancio en el plazo de 6 meses.
Tanto el aceite de oliva como el de girasol cuentan con un alto valor nutricional. Ambos aportan niveles similares de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, también conocidas como grasas saludables, que ayudan a mantener a raya el colesterol malo y favorecen el bueno.
El aceite de girasol es más rico en ácido linoleico, una grasa poliinsaturada, mientras que el aceite de oliva es más rico en ácido oleico, una grasa monoinsaturada. Ambos tienen niveles relativamente buenos de vitamina E, que ayuda a defenderse de los daños causados por los radicales libres.
Sin embargo, el de oliva contiene unos niveles más altos de vitamina K, que contribuye a la coagulación de la sangre y al fortalecimiento de los huesos. Por ello decimos que éste tiene ventaja en cuanto a su valor nutricional.
Ambos aceites tienen unos niveles de calorías muy parecidos, aunque el de girasol contiene algunas menos. Las calorías del aceite de oliva son de 900 kcal por cada 100 gramos; mientras que las calorías del aceite de girasol están en torno a 880 Kcal por cada 100 gramos.
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