Los dulces de Semana Santa, tradicionalmente densos y suculentos, pueden actualizarse aligerándose con ingredientes frescos y jugosos. Esta versión de torrijas con naranja y plátano ofrece un contraste delicioso entre el pan frito y el toque cítrico y untuoso de la combinación entre naranja y plátano.
Encantará a los vegetarianos… ¡y a cualquiera!
Lava y seca muy bien el limón para eliminar cualquier posible resto de cera que pudiera tener. Retira la piel con ayuda de un pelador, cuidando de no llevarte ninguna parte blanca que pudiera dar amargor.
Echa la leche en un cazo junto a la piel del limón, la canela en rama y el azúcar y ponlo al fuego. Cuando la leche empiece a hervir, retírala del fuego, tapa el recipiente y déjala reposar en infusión unos 20 minutos. Pasado ese tiempo, cuélala y deja que termine de enfriarse.
Corta el pan del día anterior en rodajas de 2 o 3 centímetros de grosor. Colócalas en un plato o fuente llanos y vierte la leche por encima. Deja que empape unos minutos y dales la vuelta para comprobar que se han empapado de jugo por los dos lados.
Casca los huevos en una superficie diferente a la del recipiente en el que los vas a verter y bátelos con unas varillas o, en su defecto, con un tenedor. Pasa las rebanadas de pan una a una por el huevo batido hasta que queden completamente impregnadas.
Calienta abundante aceite de girasol (o de alguna variedad muy suave de oliva como la arbequina) en una sartén honda. Cuando alcance la temperatura adecuada (tampoco debe ser demasiado elevada o se quemará la torrija), sumerge las torrijas una por una y fríelas hasta que adquieran un exterior dorado y crujiente.
Sácalas del aceite y déjalas reposar sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa.
Pela la naranja a lo vivo, también llamado “pelar a sangre”. Corta los extremos superior e inferior y desliza el cuchillo por todo el contorno de arriba abajo, retirando la piel y la parte blanca y dejando la carne de los gajos al aire.
Cuando la hayas pelado por completo, retira los gajos cortando con una puntilla entre las separaciones blancas. Al terminar, deberías tener los gajos perfectamente limpios por un lado y una especie de “librillo” con la estructura blanca del interior de la naranja por otro.
Pela el plátano y córtalo en rodajas no muy finas.
Sirve tus torrijas con naranja y plátano distribuidos en gajos y rodajas por encima o a un lado como guarnición. Espolvorea con canela y azúcar glas para decorar.
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Recomiendo mucho añadir a las torrijas naranja y plátano porque quedan ideales.