Tener unos dientes blancos y relucientes se ha convertido en la mejor carta de presentación. Son muchos los productos para la higiene bucal que hay en el mercado.
Algunos pueden ayudar a hacer desaparecer el color amarillento que se apodera de los dientes.
Esto puede producirse por el paso del tiempo o por el abuso de ciertas sustancias, como el café y el tabaco. Sin embargo, es posible que no sepas que hay muchos trucos caseros que también te ayudarán a tener una sonrisa envidiable. Te los contamos.
El remedio más extendido por su efectividad a la hora de blanquear los dientes es utilizar bicarbonato sódico. Son muchos los que aseguran que gracias a sus efectos puedes plantearte la posibilidad de dejar de utilizar el dentífrico.
Para comprobarlo por ti mismo, solo tienes que mojar el cepillo de dientes con bicarbonato diluido en agua, como si fuera cualquier pasta de dientes. En un principio, puedes notar cierto efecto salado e incluso ácido en la boca, pero se pasará cuando te enjuagues.
No obstante, si haces este ritual muy a menudo, corres el riesgo de dañar el esmalte dental. Lo ideal, es que lo hagas una vez cada quince días para luego repetirlo una vez al mes únicamente.
Otra manera muy natural de blanquear la dentadura es frotarte durante unos minutos con el interior de la cáscara de algunas frutas, como la naranja y el plátano. Y, a la hora, puedes cepillarte con normalidad. El ácido salicílico ejercerá como un excelente blanqueador en el esmalte. Es totalmente inofensivo, por lo que puedes repetir la acción tantas veces como desees.
También, hay formas de elaborar tu propio dentífrico de una manera casera. Para ello, basta con realizar una pasta con una cucharada de levadura de cerveza, dos cucharaditas de sal y un poco de agua. Basta con que te cepilles con esta mezcla para notar que tus dientes están más limpios.
Otra forma de conseguir unos dientes relucientes es mezclando dos cucharadas de agua oxigenada con una de agua. Moja un algodón y pásalo suavemente entre los dientes manchados. Al finalizar, tendrás que enjuagarte la boca muy bien.
O bien, puedes añadir a tu pasta de dientes habitual un poco de ceniza de madera o polvo de carbón y cepillar con normalidad. Quienes lo han aprobado aseguran que funciona.
Si eres de los que comes fuera de casa, también puedes presumir de dientes blancos si te comes a mordiscos una manzana después de comer. Equivale a un cepillado con el que además fortaleces las encías y previene las caries al mismo tiempo
No obstante, la base para tener una dentadura brillante es que esté limpia. Por lo que, ¿sabes si te cepillas los dientes correctamente?
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