¡Nos encanta maquillarnos! El maquillaje oculta nuestras ojeras o esas imperfecciones que queremos ocultar, pero no siempre es fácil conseguir el maquillaje perfecto.
Lo primero y más importante antes de empezar a maquillarte, es tener la cara limpia. No solo desmaquillada sino también libre de agentes externos como la contaminación; para ello basta con utilizar un gel facial y un exfoliante.
Antes de maquillarte, extiende una capa de crema facial y deja que penetre: de esta manera tendremos la piel hidratada todo el día. Para los ojos utilizaremos sombras en función de nuestro color de iris. Si tienes los ojos marrones, los colores cálidos son tu mejor aliado: chocolate suave, bronce o blanco nacarado. Para los ojos verdes funcionan muy bien los colores fríos como el gris, el azul claro o el beige, pero también los colores cálidos que hemos visto antes. En cambio, para los ojos azules, utiliza el rosa palo, gris azulado o el dorado.
Cuando vayas a aplicar la sombra en el párpado, aplícate una fina capa de base de maquillaje y deja que se fije bien, esto hará que la sombra que pongas después no se quede con pegotes en el párpado.
Llega el turno de las pestañas. Aplícate el rimmel con movimientos en zig-zag sin parar, así conseguirás que no se apelmacen las pestañas y queden sueltas. Para una aplicación más sencilla, levanta las cejas y mira hacia abajo.
Para la raya del ojo, usa un lápiz con buena punta y haz una fina línea en la que no tengas que volver a repasarla, así no quedará muy gruesa y no se difuminará durante el día. Para la parte de arriba del ojo, empieza pintando por la parte interior del párpado y extiende hasta la parte exterior.
Hoy en día muchas mujeres sufrimos de ojeras o bolsas. Para disimularlas, utiliza un corrector de tu mismo tono de piel. Pero antes de ponértelo, pasa un pequeño disco de algodón por la zona. Normalmente cuando nos aplicamos la sombra, siempre suelen quedar restos en la zona de las ojeras, por eso hay que retirarlo antes de aplicar el corrector.
Para el colorete, usa uno que vaya con tu tono de piel. Si tienes un color oscuro de piel, un tono rosa palo te irá genial. En cambio, si tu tono de piel es claro, utiliza un colorete coral o color melocotón, te favorecerá mucho.
El tono de los labios es muy particular en cada persona. Si quieres dar un toque de color a tu maquillaje, usa un labial nude o rosa suave. Pero si lo que te apetece es un toque “rebelde”, un labial rojo nunca te fallará. Hay de todos los tipos: mates, cremosos, hidratantes…
Ya sabes, siempre el menos es más. Si te decides por un maquillaje suave, utiliza un labial fuerte, pero nunca las dos cosas.
Como hemos dicho, es importante mantener tu piel suave, ¿has pensando en crear tu propio exfoliante? Te contamos cómo hacerlo 🙂
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