Trucos y tips

Trucos para eliminar el óxido del metal

Con el paso del tiempo, la humedad y los cambios de temperatura acaban haciendo mella en muchos objetos metálicos. Poco a poco vamos viendo cómo una capa de óxido se va apoderando de ellos… ¡y esto hay que frenarlo!

Existen productos que ayudan a que esto no ocurra, pero si no los conocías y ya es demasiado tarde, aquí van unos consejos que te ayudarán a eliminarlo.

Alíñalo con vinagre

Una manera bastante efectiva de quitarle una capa de óxido a un metal es sumergirlo en vinagre blanco. Sí, el mismo que usas para tus ensaladas.

Simplemente has de preparar una cubeta llena de este líquido, introducir el objeto que quieras reparar en ella y dejarlo en remojo durante al menos 24 horas. Pasado este tiempo, la zona estropeada se habrá reblandecido tanto que solo necesitarás frotar con un estropajo (o un poco de papel de aluminio arrugado, si prefieres algo más delicado) para que quede como nuevo.

El ácido del vinagre es uno de los archienemigos de la herrumbre. ¡No lo olvides!

Un método refrescante

Te parecerá mentira, pero lo cierto es que los refrescos de cola son productos que funcionan muy bien a la hora de eliminar el óxido.

Si se trata de un objeto pequeño, puedes introducirlo en un vaso con este producto durante aproximadamente 12 horas. Si se trata de algo de mayores dimensiones, la mejor opción es empapar toallas con el refresco y envolverlo con ellas. En este último caso es recomendable un mayor tiempo de reposo (24-48 horas) e ir mojando las toallas regularmente según se vayan quedando secas.

Después de esto solo necesitarás frotar un poco con un estropajo o papel de aluminio para quitar el óxido. El resultado te sorprenderá.

El ingrediente más versátil

El bicarbonato de sodio, ese ingrediente esencial en casi cualquier remedio casero de tu abuela, también resulta tremendamente útil a la hora de dejar un objeto metálico reluciente.

Mézclalo con la cantidad suficiente de agua como para crear una pasta espesa y extiéndela abundantemente sobre la superficie oxidada con la ayuda de un cepillo de dientes viejo. Déjalo reposar un par de horas y, a continuación, frota con un estropajo. Puedes repetir este proceso en varias ocasiones hasta conseguir el resultado que buscas.

Para las digestiones pesadas, para blanquear los dientes, para quitar manchas de aceite de la ropa, para devolverle el brillo a la cristalería… Y también para quitar el óxido. ¿Necesitas más razones para tener un poco de bicarbonato en casa?

Un objeto oxidado no tiene por qué acabar en el cubo de la basura. ¡Intenta repararlo con estos sencillos trucos y cuéntanos si te han dado resultado!

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