Lo primero que hay que hacer es preparar los ingredientes: pela el ajo y córtalo en rodajas. El pan duro hay que cortarlo en lonchas finas no demasiado grandes, y el jamón serrano, en tiritas.
Pon en una cacerola el aceite a calentar a fuego medio. Añade los ajos y cuando doren un poco, retíralos y reserva.
Ahora, sube el fuego para que se ponga el aceite más caliente. Añade el pan que hemos cortado y remueve con una cuchara para que se impregne del aceite. Deja que se tueste un poco durante 2 minutos.
A continuación, aparta la cacerola del fuego y añade el pimentón. Remueve bien y añade el agua a temperatura ambiente (o el caldo de pollo). Pon a fuego medio bajo y añade los ajos que tenemos reservados, el jamón serrano y una pizca de pimienta negra (opcional). Deja al fuego 20 minutos.
Pasado este tiempo probamos de sal y vamos añadiendo poco a poco hasta que la sopa esté bien sazonada.
A continuación sube el fuego para que hierva. En ese momento casca los huevos y ve añadiéndolos uno a uno para escalfarlos. El calor del caldo los cuajará en poco tiempo. Cuando veas la clara blanca ya estarán listos, pero si quieres asegurarte que la yema no queda líquida, deja a fuego medio unos 6 minutos y listo.