Para hacer la masa de arranque utilizaremos 125 g de harina y 65 ml de agua y la levadura. Mezclamos bien esta masa y dejamos tapada hasta que aumente de volumen.
En el resto de la harina añadimos todos los ingredientes menos la mantequilla y la masa de arranque. Mezclamos bien todos los ingredientes, que queden bien unidos. Y dejamos descansar esta masa.
Añadimos la masa de arranque y la mantequilla poco a poco mientras amasamos. Antes de añadir un poco de mantequilla mezclaremos la otra bien, que quede muy bien incorporada. Engrasamos un bol con un poco de aceite, formamos una bola con la masa y la dejamos tapada, que aumente de volumen de nuevo. El tiempo dependerá de la temperatura final de la masa, de la temperatura de la habitación, etc.
Al aumentar podemos desgasificar la masa, amasándola un poco y dejar que vuelva a aumentar de volumen o bien formamos los roscones. Con esta cantidad de masa saldrá para dos roscones.
Para hacer el roscón formamos una bola, introducimos el dedo gordo en el centro y vamos separando y estirando poco a poco. Una vez que esté formado lo ponemos sobre papel de horno y dejamos que aumente el volumen de nuevo. Podemos humedecerlo ligeramente para evitar que se seque.
Una vez que haya doblado el tamaño lo decoramos e introducimos en el horno precalentado a 190 ºC durante nos 15-20 minutos hasta que quede dorado.
Sacamos, dejamos enfriar y a comer. Si lo quieres rellenar de nata montada te aconsejamos que lo hagas al día siguiente, ya que estará menos esponjoso y será más fácil de partir y rellenar.