Elige las manzanas, trocéalas con piel y corazón y mételas en un frasco de vidrio esterilizado.
A continuación, cúbrelas con agua mineral y añade 1 cucharada de azúcar por cada manzana troceada. El azúcar se fermentará y se transformará en alcohol, lo que permitirá que la sidra de manzana se convierta en vinagre de manzana.
El siguiente paso es tapar el frasco con un trapo de queso y sujétalo con una goma elástica. Guárdalo en un lugar oscuro y cálido.
Mueve la mezcla todos los días, para acelerar el proceso de fermentación, que durará de 3 a 6 semanas. Es en esta etapa en donde la sidra de manzana empezará a transformarse en vinagre de manzana.
Transcurrido este tiempo, separa el vinagre de las manzanas y guárdalo en un recipiente de vidrio con tapa. Guárdalo en la nevera para que no se eche a perder.